Es domingo y un escalofrío de malestar te recorre el cuerpo. Piensas: «oh dios, no, mañana es lunes, otra vez…»

Si esto ocurre de vez en cuando no tiene la menor importancia. Es normal que después de unas vacaciones, volver a la rutina del trabajo o de las tareas domésticas dé un poco de pereza. El problema viene cuando el malestar de los lunes ocurre una y otra vez.

Semana tras semana.

Domingo tras domingo.

Muchas personas odian los lunes. Los odian porque es la vuelta a la rutina, al trabajo, a los horarios rígidos, a obligaciones que no quieren asumir pero no tienen más remedio. Otras muchas odian los lunes porque así se lo repiten una y otra vez, aunque luego pase el día y no sea tan terrible.

Tanto si estás en uno como en otro caso, estarás de acuerdo conmigo en que esta situación no se puede mantener. Una vida no es vida si nos la pasamos deprimidos cada domingo por la tarde, y sólo nos permitimos gozar el sábado o los días de vacaciones.

Sea como sea, tenemos que hacer el esfuerzo de empezar a amar (sí, sí, digo «amar») nuestra rutina cotidiana. Nuestros lunes. Nuestro trabajo. Nuestras costumbres diarias. Nuestro entorno inmediato. Porque los días «de diario» son la mayoría de los que vivimos.

En este artículo quiero compartir contigo tres ideas para amar (o al menos dejar de odiar) tus lunes, a pesar del sueño, de la pereza y de que no te gusten los horarios rígidos. ¡Allá vamos!

 

Tres ideas para amar tus lunes

lunes_2

 

1) Dejar de pensar que los lunes son fastidiosos

A veces nos repetimos tanto una idea que, aunque sea falsa o parcialmente falsa, nos la acabamos creyendo. Por ejemplo la gran mayoría de la gente dice que «el trabajo es un incordio» o que «están mejor en vacaciones» pero ¿realmente es así?

Tengo la teoría de que muchas veces no somos honestos respecto a las cosas con las que lo pasamos bien. Tenemos discursos convencionales que dicen que «las mañanas laborales son aburridas«, «viajar es garantía de pasarlo bien«, «estudiar es un rollo«, «comer en un buen restaurante siempre es una buena experiencia» o «los días de diario son monótonos«. Sin embargo, a poco que pensemos un poco, muchos de nosotros podemos recordar:

  • Momentos en el trabajo que han sido francamente memorables
  • Atracones de risa junto con los compañeros
  • Martes en que recibimos una llamada que nos cambió la vida
  • Cafés de trabajo que ojalá duraran horas
  • Cañas improvisadas una tarde cualquiera más divertidas que el último fin de semana
  • Clases inspiradoras o bonitas tardes de estudio
  • Paseos un día cualquiera, con encuentros fortuitos y buenas sorpresas
  • Y un largo etcétera…

Todos hemos vivido experiencias muy entretenidas fuera de los momentos típicos de vacaciones y sin embargo seguimos catalogando el período de lunes a viernes como un aburrimiento o un tiempo de «no vida». ¿Por qué?

De la misma forma, a veces los viajes, las reuniones con amigos, las fiestas y las vacaciones no son tan alucinantes como esgrimimos en las redes sociales. He observado en muchos hoteles y sitios estupendos que había personas aburridas o con cara de querer estar en otro sitio. No pasa nada, es algo normal: que uno esté de vacaciones no es garantía de diversión y aventura eternas.

Por ello… si queremos empezar a disfrutar nuestros lunes, tenemos que salir del pensamiento polarizado:

días de la semana = rollo
vacaciones = diversión

Empecemos a admitir que cosas divertidas pueden suceder un jueves a media tarde. Y empecemos a poner en valor esos momentos entrañables que suceden habitualmente en clase, en casa, en el trabajo y en sitios cotidianos.

 

2) Plantear hacer algo interesante

Los viernes por la noche y los sábados no son el único momento de la semana para salir y hacer algo interesante. Una buena forma de empezar a reconciliarnos con los lunes es plantear para ese día algo especial. Puede ser ir al cine, a nuestra cafetería favorita, a una exposición de dinosaurios, tomar un vino con los compañeros del trabajo o hacer una ruta fotográfica por la propia ciudad.

Lo ideal es que esta actividad interesante se convierta en un hábito que nos haga agradable el inicio de semana. Por ejemplo, a mí que me gusta aprender y siempre estoy haciendo algún curso que otro, me gusta reservar la mañana o la tarde del lunes para estas formaciones. Saber que tengo permiso ese día para dedicarme a lo que me gusta, me relaja y me motiva al encarar una nueva semana.

De la misma manera, me gusta ver algo interesante en la televisión o en el ordenador los domingos por la noche. No importa si me acuesto tarde, para mí tener un domingo noche «especial» es una pequeña concesión o premio antes del inicio de semana.

Si quieres dejar de odiar tus lunes reserva un plan lúdico y bonito para ese día o para la tarde del domingo. Créeme que convertir esto en costumbre va a mejorar más tu vida, en el largo plazo, que hacer un viaje exótico cada seis meses.

Son esos pequeños momentos de felicidad y disfrute, lunes tras lunes, los que esconden la llave hacia una vida más plena y alegre.

 

3) Cuidar los detalles al máximo

Finalmente, este es un consejo no sólo para los lunes perezosos sino para cualquier otro momento de la existencia. Vivimos rodeados de detalles a los que no prestamos atención. La luz nos afecta, los colores nos afectan, las vistas desde nuestra ventana nos afectan. La ropa que llevamos, los libros que leemos, el ordenador que utilizamos, la comida deliciosa o banal que nos metemos en el cuerpo nos afectan.

Dice una frase maravillosa de Mies van der Rohe (que me relató una de mis clientas) que «Dios está en los detalles«. Y no puedo estar más de acuerdo.

Si quieres tener días estupendos, que constituyan semanas y meses estupendos, que acaben siendo años estupendos y bien aprovechados, sé cuidados@ con los detalles.

Un lunes puede mejorar automáticamente si tienes algo delicioso y sano que desayunar. Si estrenas un vestido o una camisa bien bonitos. Si comes en esa vajilla tan luminosa que trajiste de tu último viaje a Ibiza. Si al volver a casa del trabajo pasas por una floristería y compras unos claveles blancos para adornar el jarrón de la entrada.

Dios está en los detalles, en las pequeñas cosas que nos pasan inadvertidas. La armonía, la emoción, el amor y la sorpresa, también.

Si tu vida diaria te parece un poco monótona adórnala con con buen vino a la hora de cenar, tu novela favorita, un paseo bajo la lluvia o escuchar música con la luz apagada.

Presta atención a los detalles todos los días. No hay ningún motivo para comer cualquier cosa, vestir de cualquier manera, tener una mesa de despacho fea o no escuchar un podcast interesante de camino al trabajo. Tampoco tiene sentido no quedar o no escribir a personas con quienes una conversación «te da la vida»

Esparce gotitas de magia en tu vida cotidiana. Y entonces nunca, nunca más, volverás a sentirte agobiad@ un domingo por la tarde.

Monday-Blue

 

En resumen:

Si quieres amar los lunes, lo que se traduce en mejorar exponencialmente tu vida cotidiana:

  1. Deja de pensar que los lunes o días de diario son fastidiosos, porque no es verdad. ¿Y si empezaras la semana con la sensación de que cualquier día puede suceder algo especial o entretenido?
  2. Plantea hacer algo interesante el día que te dé más pereza. Revisa la agenda de tu localidad y plántate en ese concierto de música aunque no sepas muy bien de qué va, o pasa parte de la tarde de lunes perdid@ entre tus libros y lapiceros.
  3. Cuida los detalles al máximo, son los ladrillos que componen tu vida. Cada día está compuesto por una infinidad de pequeños momentos que puedes adornar con un poquito de voluntad e imaginación.

Por último, no quisiera terminar este artículo sin comentar el motivo más grande de todos para estar contentos, o por lo menos mínimamente agradecidos, al inicio de cada semana: «Si tenemos lunes, es que seguimos vivos.» Y a partir de ahí, se extienden otros seis días llenos de posibilidades…

¡Feliz lunes y buena semana!


Créditos de las imágenes

Imagen 1: Even Miss Willow Hates Monday via Flickr Creative Commons
Imagen 2: I hate Mondays via Flickr Creative Commons
Imagen 3: Monday blues, de Living on Cloud Nine

 

Amparo María Millán Ocaña te informa que los datos de carácter personal que me proporciones rellenando el presente formulario serán tratados por mí como responsable de esta web. Finalidad de la recogida y tratamiento de los datos personales: gestionar el alta a esta suscripción y remitir boletines periódicos con información y oferta prospectiva de productos o servicios propios y de terceros afiliados.  Legitimación: Consentimiento del interesado. Destinatarios:  Mailchimp. Ver política de privacidad de Mailchimp.  Derechos: Podrás ejercer tus derechos de acceso, rectificación, limitación y suprimir los datos en info@puedoayudarte.es. Puedes encontar más información sobre Protección de Datos en mi página web, así como consultar mi política de privacidad.

¿Te gustó este artículo?

Recibe los siguientes en tu correo

4 Comentarios

  1. Hola Amparo!
    Qué rtazón tienes, qué historia más larga llevamos con los Lunes, semana tras semana…
    Voy a poner en práctica tus consejos y ya te contaré.Gracias Guapa! Y Feliz Lunes! ;D

  2. Muchas gracias, un artículo muy adecuado para mí. Me ha encantado el consejo de los detalles.A por una nueva y enriquecedora semana!

  3. No sabes cuanto me alegra leer este articulo, libro sabados y domingos, desde hace 4 años, pero el domingo, como yo digo, ya lo paso trabajando, todo el domingo pensando en que ya es lunes, ansiosa, depresiva, a puntos extremos… Voy a cambiar! Si voy a cambiar la forma de verlos, de vivirlos!
    Simplemente, GRACIAS, namaste!

    • Amparo Millán Responde

      Hola Irina! Me alegra mucho que este artículo haya sido el «CLIC» que necesitabas para cambiar esa percepción tan negativa de los lunes.
      Te lo aseguro, dejar de odiar los lunes (y pasar, poquito a poco, a amarlos) es un ejercicio que va a revolucionar tu vida personal POR COMPLETO.
      Un abrazo, namaste! 🙂

Escribe un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.