¿Tienes la vida que quieres, la que habías imaginado en las noches de luna llena? ¿Has conseguido, o por lo menos intentado, cumplir todos esos sueños de juventud?
Sueños, deseos, propósitos, anhelos, qué bien suenan estas palabras… Pero también qué lejos parecen estar de nuestras vidas.
La mayoría de nosotros, aunque agradecemos con sinceridad las cosas buenas que nos pasan cada día, también sentimos una punzada de rabia o melancolía por no haber alcanzado ciertas metas laborales, amorosas o espirituales. A veces entre la vida que querríamos llevar y la vida que efectivamente llevamos, hay un abismo.
Sin embargo, no hay motivos para caer en un pozo de nostalgia y desesperanza. Cada nuevo día es una oportunidad para hacer realidad los sueños de madurez o juventud. Tal vez algunas cosas ya no sean posibles (por ejemplo, con más de 30 años es improbable hacer una carrera como bailarina de ballet profesional) pero siempre las podemos sustituir por cosas equivalentes (en el ejemplo anterior, ser profesora de ballet, organizadora de espectáculos, coreógrafa o compositora).
En el camino hacia nuestros sueños hay tres fases que no podemos pasar por alto. La primera, la de aprender a distinguir lo que realmente queremos de lo que es impuesto o socialmente está bien visto. La segunda, la de explorar y concretar ese deseo auténtico. Y la tercera, la de ponernos manos a la obra para que éste se materialice en el mundo real.
Veamos estas tres etapas con más detalle a continuación
1. Conectar con lo que REALMENTE queremos
Ante esa pregunta que dice: “¿Y tú qué quieres?” solemos contestar de forma rápida y superficial. ¿Que qué quiero? Terminar de pagar la hipoteca. Un trabajo. Estar más delgado. Encontrar al hombre de mi vida. Casarme. Viajar al sudeste asiático el próximo verano con mis amigos.
Es raro que demos una respuesta profunda y genuina a esta cuestión, no basada en estereotipos o en lo que «se supone» que tenemos que querer. Porque claro, una casa, trabajo fijo, familia, tipazo y buenas vacaciones son el súmmun de la felicidad para todo el mundo, ¿verdad?
Lamento decir que no es así. Los sueños enlatados sólo sirven para la publicidad y para quedar bien en la foto que mostramos ante los demás.
Así, el primer paso para llevar una vida alineada con nuestros singulares deseos es olvidarnos de todas las ideas preconcebidas, de todos los discursos aburridos y convencionales, y detenernos en estas preguntas:
¿Qué quiero de verdad?
¿Qué circunstancia cambiaría positiva y radicalmente mi vida?
¿Qué me haría levantarme loc@ de entusiasmo por las mañanas?
Es tan, pero tan común que creamos que deseamos cosas que en realidad no van con nuestra forma de ser, que por eso estoy insistiendo tanto en este punto. De hecho, yo diría que el principal motivo por el que fracasamos en un proyecto es porque no creemos en él, no nos enamora, no nos sale de verdad.
Si quieres alcanzar tus sueños, descubre antes de nada cuáles son. Contacta con esos anhelos ocultos, perdidos hace mucho tiempo, esos deseos que les parecen ridículos a las «personas de bien» que te rodean. Lograr esto puede llevarte un mes o media vida.
Si al preguntarte cuáles son tus sueños encuentras una respuesta que te sonroje, te sorprenda, te moleste o te suma en un silencio absoluto, es que vas por muy buen camino. Si no es así, sigue buscando.
2. Concretar eso que queremos
Una vez que hemos cogido al vuelo un deseo sincero y sorprendente, llega la hora de concretarlo. En esta fase ya no sirven expresiones vagas como: “deseo un trabajo que me permita viajar” o “quiero dejar de sentirme solo“. Debemos especificar mucho más eso que queremos, para que salga del mundo de los sueños y se instale en la realidad.
Si buscas otro trabajo… Bien, ¿cuál sería? ¿Cuántas horas de trabajo a la semana? ¿De qué manera? ¿Qué condiciones en cuanto a sueldo, lugar de trabajo, número de empleados, estatus, etc. tendría ese trabajo deseado?
Si tu aspiración profunda es crear un círculo de personasen las que confíes y con las que te lo pases bomba, ¿a quiénes incluye eso? ¿Cómo sería la relación? ¿Cada cuánto tiempo quieres estar con esas personas y en qué situaciones? ¿Qué significa para ti, a nivel práctico, “confiar ciegamente en alguien”?
Como ves, se trata de convertir un propósito abstracto en un objetivo concreto que incluya cantidades, ejemplos, datos y especificaciones.
Esta etapa requiere de dos cosas: una enorme creatividad y paciencia. Porque con frecuencia al principio no se nos ocurre nada para concretar un deseo vago, pero poco a poco, tras hacernos las preguntas adecuadas, las alternativas empiezan a surgir.
Concretar nuestros sueños supone pasar por una etapa de investigación sí o sí. Si nunca hemos salido de nuestro pequeño mundo, es probable que no tengamos noticia de trabajos, personas, estudios u opciones de vida que nos calzarían por completo. Esas alternativas están ahí, esperando a ser descubiertas, pero para ello tenemos que salir de nuestro entorno (físico y mental) reducido y abrirnos a otras opciones.
Cuando tengas más o menos claro qué es lo que quieres y hayas especificado cuándo, dónde y de qué manera lo quieres, llega la hora de pasar al paso siguiente.
3: Salir de la parte de imaginar y pasar a la acción
Resulta tan agradable soñar con lo maravillosa que será nuestra vida cuando suceda esto o lo otro… Los sueños tienen dos ventajas: la primera es que no implican riesgos y la segunda es que no decepcionan.
En la vida real conseguir lo que queremos a veces es difícil, y además nos enfrentamos a la (aterradora) posibilidad de que, tras mucho luchar, algo no sea como habíamos esperado.
Son estas desventajas las que mantienen a muchas personas ancladas en el mundo de la fantasía. Donde todo es seguro y donde la decepción no existe. Sin embargo… la verdad es que una vida con sentido no puede transcurrir sólo en nuestra cabeza. En el mundo real podemos sufrir decepciones y batacazos, pero también tendremos recompensas, alegrías y éxitos que superan con creces la intensidad de nuestros mejores sueños.
Por eso, materializar un objetivo concreto requiere primero asumir esta parte: la de que nuestras fantasías van a chocar contra la dureza del mundo real y es probable que suframos dolor, dificultades y decepción. El sueño no será TAN ideal como lo habíamos planteado, pero seguro que merecerá la pena.
Después de esto, llega la parte práctica de materializar cualquier deseo: diseñar un plan de acción detallado. Respecto a esto, recomiendo básicamente dos cosas. La primera, dividir en pequeños pasos las grandes acciones y la segunda, olvidarnos del sacrificio y centrarnos mejor en ser constantes.
Por último, una vez hecho esto… ¡toca seguir ese plan! Lo que supone avanzar y retroceder, desarrollar un estado de ánimo que nos haga fuertes y valientes, hacer frente a nuestros miedos y acumular pequeños logros por el camino que nos empujen a seguir avanzando. ¡Casi nada! 🙂
Conclusión
Pienso que todos y cada uno de nosotros, por el mero hecho de estar en este mundo, merecemos saber lo que deseamos de verdad y, por lo menos, intentar hacerlo realidad. A veces pensar en la muerte nos ayuda a poner esto en perspectiva: ya que al final todo se va a acabar y todo se va a perder, ¿por qué no jugar un poco ahora que estamos a tiempo?
Si quieres llevar una vida que merezca la pena, hay tres pasos que no puedes pasar por alto:
- Conectar con tus auténticos deseos.
- Especificar estos sueños lo máximo posible: el qué, cómo, cuándo, dónde y con quién, al detalle.
- Diseñar un plan de ruta detallado para ir a por ellos (entendiendo que la realidad desgasta las fantasías) y… ¡ponerte en marcha!
Para Barbara Berckhan (autora del libro “Haz realidad tus deseos de una vez por todas”) los deseos son como estrellas brillantes que tenemos que recolectar. Qué metáfora tan bonita. En un capítulo de su libro, concluye:
Recolectar estrellas se parece mucho a estar enamorado. Ambas cosas se presentan como obsesiones de carácter leve. Y precisamente esa obsesión te ayudará a hacer realidad tu estrella, incluso si estás atrapado en el ajetreo de la vida cotidiana.
¿Puede haber algo mejor que enamorarte de tu deseo y perseguirlo con pasión?
Eso es justo lo que te animo a conseguir ¡Valor y alegría en tu recolección de estrellas!
Créditos de las imágenes:
Imagen destacada: Yellow Flower de Wendell via Flickr Creative Commons
Imagen 2: Wizard of Oz de Dianne Lacourciere via Flickr Creative Commons
8 Comentarios
Amparo, me ha encantado tu artículo, es tan claro y lo cuentas tan sencillo que es casi como una bofetada. Me he sentido muy identificado en cuanto a mantener los sueños como una fantasía ideal y no bajarlos al mundo real, o que cuando los realizamos no encontramos en ellos toda la satisfacción que creíamos porque realmente puede que no fueran nuestros sueños y fueran impuestos… En fin, que me encantan tus artículos y siempre los leo aunque no comente a menudo. No dejes de escribirlos.
Hola Rocío, muchas gracias por tu comentario! Me alegra que te identifiques con mis artículos y sobre todo que te ayude la manera de exponer las cosas. Realmente creo que el camino hacia nuestros sueños no es sencillo y está plagado de muchas ideas y venidas, tensiones interiores, decepciones, etc. pero los pasos básicos o las ideas de base sí son claras y fáciles de retener. En este caso sería: 1) sueña-contacta con tus deseos auténticos; 2) concrétalos y 3) manos a la obra.
A veces el hecho de no encontrar satisfactorios nuestros sueños cuando se cumplen es, como bien dices, que no son verdaderos, no son auténticos. Tal vez lo que queríamos no era una idea original nuestra sino un «deber» que alguien plantó en nuestra cabecita hace tanto tiempo que ya ni lo recordamos… Otras veces lo que pasa es que deseamos cosas (y nos afanamos en conseguirlas) para no hacer frente a nuestros pequeños infiernos personales. Es mejor hacer y avanzar que pararnos a ver qué «monstruos interiores» piden nuestra atención. Así, vamos por la vida logro tras logro pero la paz nunca llega, porque igual lo que primero tenemos que hacer es bucear en la sombra, en nuestro dolor, en nuestras penurias y después, ya limpitos… soñar y materializar nuestros sueños.
Un abrazo grande, muchas gracias por tu apoyo!
Acabo de escuchar tu audio del artículo y me ha parecido fascinante, como si me estuvieras hablando directamente a mí! Me ha encantado el concepto de «deshacernos de ideas que los demás quieren» y las preguntas que vas planteando son muy útiles.
Gracias por tu trabajo!
Un saludo
Hola Beatriz, gracias por tu comentario, no sabes cuánto me alegra escuchar eso de «como si me estuvieras hablando directamente a mí» porque ¡es justo lo que pretendo!
Te invito a hacerte estas preguntas con calma durante una semana entera, porque estoy convencida de que te vas a llevar alguna sorpresa que otra (y esta sorpresa va a ser descubrir que muchas cosas que has hecho en tu vida, no han sido desde tu ser auténtico, sino como un deseo de agradar/no decepcionar/hacer sentir orgullosos a los demás…)
Un fuerte abrazo y gracias por apreciar mi trabajo!
Hola Amparo!
Leí este artículo por recomendación tuya dentro del club al que me suscribí! Me encanta leerte y quiero compartir contigo y con los demás la dificultad que tengo cuando me paro a pensar detenidamente qué es lo que realmente quiero, deselo, anhelo, me hace feliz, etc…Luego analizo aquello que me respondí y de momento no sé hasta qué punto lo quiero porque yo lo quiero, o lo quiero porque me «enseñaron» de una u otra manera a quererlo. No me refiero tanto a los medios de comunicación y publicidad que, mas o menos consigo discernir de mis propios anhelos, pero sí de las personas que me han influenciado enormemente. Siempre pienso en mi padre. En parte gracias a él, soy hoy lo que soy. Pero de momento no soy capaz de discernir si la mayoría de las cosas que quiero, las quiero por él o las quiero por mí. Porque yo al final soy un poco él…quiero decir que no soy un ser vivo total completa y absolutamente independiente en este planeta y él ha ayudado enormemente a que Carmen se forme, luche, prepare, madure, etc.. y me convierta en la mujer que soy. A día de hoy estaría profundamente orgulloso de mí…Hasta que punto mis deseos serán heredados suyos o propios míos? No lo sé…trabajo la paciencia, actúo en lo que puedo e intento confiar en que las respuestas estén en el camino…Besos gigantes!!!!
Carmen, pero qué planteamiento tan interesante traes aquí!!! De hecho es algo que hablé en este audio, puedes revisarlo si quieres.
A mí me parece que tus deseos están muy relacionados con lo que quería tu padre para ti, porque si piensas que él se sentiría orgulloso de ti, es que has cumplido con sus expectativas. A mí esto de hacer sentir a los padres orgullosos de nosotros me parece un arma de doble filo, creo que no hay que buscar la aprobación de nadie porque seguir nuestro camino está por encima de lo que piensen los demás. Estás en un momento vital en el que, agradeciendo lo que has conseguido, puedes plantearte qué otras cosas quieres para tu vida que nunca te permitiste soñar porque iban en contra de los valores que te transmitieron. ¿Y cómo distingues los sentimientos verdaderos de los heredados? Bueno, pues para empezar revisando tu historia y viendo qué aficiones, deseos, etc. nunca pudiste llevar a cabo porque no concordaban con lo que papá quería de ti, ahí tienes una pista.
Para estos casos de discriminar lo verdadero de lo que no yo utilizo el tarot terapéutico, tanto conmigo como con mis clientes, es una «visión externa» que ayuda a distinguir el grano de la paja, porque es verdad que a veces el pensamiento sólo no basta…
Gracias por comentar, un abrazo!
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