Cuántas veces uno se propone realizar un cambio, y comienza con toda la ilusión del mundo, y al poco tiempo parece que estas ganas se desvanecen o incluso nos olvidamos de nuestros propósitos…
Por este motivo, en este nuevo episodio de mi podcast «Reflexiones para gente despierta» te voy a dar las dos claves fundamentales para que no te suceda esto y realmente materialices eso que te has propuesto.
Antes de nada, quiero recordar la definición de propósito del que te hablé justo en el episodio anterior (y si no lo has escuchado, te recomiendo empezar por ahí).
Un propósito es un objetivo relevante en un momento concreto de nuestra vida y que nos hace crecer, no sólo a la hora de lograrlo sino incluso en el camino hacia ello.
Para definir bien un propósito te recomendaba un ejercicio durante 7 días en el que respondías a dos preguntas importantes:
- ¿Qué es lo que más necesito y por qué?
- Mirando mi situación externa, ¿qué me empuja la vida a hacer ahora?
Bien, pues una vez que tienes esto claro: ¿qué hacer a continuación? ¿Cómo llevar estas buenas intenciones a una práctica que realmente cambie tu vida?
Justo respondo a esto, con todo detalle, en el audio de hoy. Prepárate una bebida rica que te guste y toma tu bloc de notas que comenzamos:
Resumen del audio
Para poder pasar esos propósitos del papel a la práctica necesitas dos cosas:
- Un plan (o una primera acción)
- Una hoja de seguimiento
Vamos por partes:
El plan o la primera acción
Creo que no desvelo nada nuevo si digo que si quieres pasar de un punto A a un punto B te será muy útil tener un mapa, es decir, una secuencia ordenada de pasos a la que podemos llamar «plan».
No obstante, esto no sirve para todo tipo de objetivos…
Un plan ordenado funciona con todos aquellos propósitos que admiten estructura y en los que podemos predecir los resultados. Por ejemplo, terminar unos estudios, hacer rentable un proceso creativo o mudarnos a una nueva casa.
En cualquiera de estos casos nos sirve dividir la meta general en pequeños pasos y atenernos a ellos de manera más o menos ordenada.
Sin embargo, hay propósitos que no se ajustan a esta visión estratégica y para los que no es posible diseñar un plan subdividido en etapas. Ejemplos de este tipo podrían ser: encontrar una nueva comunidad de personas afines, desarrollar un estado de calma interior o despertar la sexualidad.
No hay maneras prefijadas de alcanzar estas metas, pero sí que podemos hacer algo tremendamente útil que es definir con precisión una primera acción, o un conjunto de acciones, comprometernos con ellas y después ir viendo…
En el audio te pongo ejemplos de cuáles podrían ser para estos ejemplos mencionados.
Dicho esto, vamos ahora con la segunda clave:
La hoja de seguimiento
Con esta expresión estoy designando a un documento, en el ordenador o en papel, donde periódicamente se anotan los avances (o, por el contrario, la falta de ellos) hacia nuestro propósito.
Yo utilizo con mis clientes una plantilla súper sencilla de tres columnas. En la primera, se anota la fecha. En la segunda, se anotan los progresos. Y dejo un tercer espacio para reflexiones e ideas relacionadas con ese proyecto.
No he encontrado en todos mis años de trabajo una herramienta más potente para materializar cualquier deseo que esta hoja de seguimiento. ¿Por qué? Porque el mero hecho de poner conciencia, periódicamente, en nuestra evolución (o la falta de la misma) nos ayuda a avanzar o a detectar qué está pasando si no lo conseguimos.
¿Cómo se hace una hoja de seguimiento? Pues es tremendamente sencillo:
Primero, decides con qué perioricidad vas a pararte a escribir tus avances (yo recomiendo que sea diaria o semanal, pero puede ser cualquier otra) y durante cuánto tiempo (a mí el espacio de 9 meses me gusta mucho, me parece muy simbóllico)
En segundo lugar, vas a dejar el documento ya creado con todas las fechas del rango que has elegido. Por ejemplo, si vas a evaluar tus avances durante 9 meses (40-42 semanas), vas a crear ya una cuadrícula con estas 42 líneas o en una libreta pequeña destinarás 42 caras para este fin, y en la parte de arriba de cada hoja escribirás el período en concreto (ejemplo: semana del 3 al 9 de enero).
Y en tercer lugar, y esto es lógicamente lo más importante, te vas a comprometer a acudir a esa cita contigo mismo semana a semana,o día a día, y a anotar si has avanzado, si no, y alguna reflexión importante sobre tu proceso.
Créeme, suceden cosas muy mágicas cuando nos entregamos a un registro de este tipo…
- Por un lado, si vamos avanzando y rellenamos nuestra hoja de seguimiento con pequeños éxitos, nuestro orgullo personal y la satisfacción se multiplica y nos empuja a seguir con fuerza.
- Si por el contrario hay muchas casillas en blanco, o que reflejan que no estamos avanzando, esto supone un impacto que nos hace replantearnos nuestro propósito: ¿no estamos firmemente comprometidos? ¿tal vez ese propósito en el fondo no es relevante? ¿necesitamos más apoyo, más recursos? ¿y dónde podemos encontrar estos apoyos?
- Y otra cosa bien curiosa es que, debido a este estado de observación y conexión de varias semanas en que uno está inmerso, puede ser que nos demos cuenta que existe otro propósito más relevante y profundo que el actual, y entonces decidamos comprometernos con este último. Y no podríamos haber llegado a esta conclusión sin habernos embarcado en este «viaje».
En el audio pongo dos ejemplos de personas que empezaron su proceso con un propósito, y a través de ese registro periódico de sus sensaciones y progresos descubrieron qué era lo que querían y necesitaban en realidad. Escúchalo porque es una lección interesante…
¡Y estas son las dos acciones que te propongo para materializar tu propósito a la realidad! Un plan y una hoja de seguimiento. Y por supuesto, ser constante y no desanimarte por los eventuales obstáculos o paradas que puedan sobrevenir…
¿Necesitas ayuda?
Antes de finalizar con este artículo quiero comentarte algo importante. Si a pesar de hacer el ejercicio que menciono no consigues esclarecer tu propósito, o tienes demasiados planes y te dispersas y no sabes cuál es prioritario, puedes contar con mi ayuda a través de las sesiones de tarot terapéutico.
Estas consultas están destinadas específicamente para clarificar cuáles son los principales bloqueos o dificultades en este momento de tu realidad y definir un propósito que te ayude a crecer. Son sesiones de dos horas y al finalizar te envío la grabación de la llamada íntegra para que puedas escucharla con calma y anotar lo que te interese.
El coste de estas consultas es de 120 €uros y puedes hacer la reserva aquí.
Por otro lado, si además de contar con mi ayuda para diagnosticar qué es importante en tu vida y cómo hacer frente a los principales obstáculos te gustaría contar con mi acompañamiento durante tres meses, y que hagamos junt@s este plan de seguimiento que propongo en este artículo, voy a abrir tres espacios en mi programa Cómo materializar tus propósitos.
Este programa consta de 4 sesiones de 90 minutos y soporte diario a través de un documento compartido en el que se van registrando los avances, reflexiones y dificultades.
Si tienes interés, puedes mirar las condiciones aquí o escribirme un e-mail a info@puedoayudarte.es para reservar tu plaza.
Dicho esto, espero que este audio te haya servido para comprometerte aún más con tu proceso de cambio y para estructurar cómo lo vas a abordar.
En un próximo episodio hablaremos sobre los obstáculos más comunes que nos suelen aparecer en este camino (la distracción, la pereza, los autosabotajes…) así que si te está interesando esta serie, permanece atent@ 😉
¡Hasta pronto!