Es popular en estos días hablar de «la carrera de la rata» (otras personas lo llaman «la rueda del hámster» para referirse a un modo de vida basado trabajar por un sueldo, consumir, vivir esclavizado a una hipoteca y no tener oportunidades de progreso.

Muchos nuevos emprendedores digitales hablar de cómo «salieron de la carrera de la rata» a través de un negocio que les apasiona y les permite ayudar cada día  miles de clientes desde la comodidad de sus hogares y bla-bla-bla. Yo de estas historias magníficas de reinvención no me creo ni la mitad, vamos, no me creo ni un 10%… Por eso hace tiempo dejaron de impresionarme y las veo todas iguales.

Primero, porque aunque tengas un emprendimiento que te apasione (yo me levanto muy feliz con lo que hago) nunca dejas de depender de conseguir dinero, clientes, visibilidad; nunca dejas de pagar impuestos, casa, comida, facturas; y lo que algunos llaman «libertad financiera» es una quimera porque la vida es cambio, y si bien un día puedes llegar a tener ahorrados 100.000 euros, que es una cantidad muy considerable, no eres inmune a un desastre o una bancarrota.

Y en segundo lugar, porque salir de esta espiral de trabajo-ansiedad por conseguir dinero-consumo-falta de libertad no sólo se consigue cambiando las circunstancias exteriores…

Por ejemplo, que recibas una herencia millonaria y puedas dejar tu trabajo de lunes a viernes es una gran oportunidad para hacer otra cosa con tu vida, y ser más libre, pero no es el éxito final. O que emprendas a través de una pasión que llevas sintiendo desde niño es un paso grande hacia una vida más plena, pero no es garantía de que encontrarás el nirvana (hay muchas cosas en la vida aparte de una profesión) y el camino te exigirá mucha resistencia y paciencia.

Y por otro lado… El otro día, pensando en esto, en cómo sería mi vida ideal, una vida más libre y con espacio de la espontaneidad, por supuesto inspirándome en Pinterest que es mi red social favorita ahora mismo  (tengo un tablero secreto en el que guardo aquellas imágenes que resuenan conmigo) me di cuenta de una cosa: que no es tan importante el contexto como uno mismo.

Me di cuenta que un entorno bonito ayuda, evidentemente, porque no es igual trabajar desde un despacho con vistas maravillosas que viendo una pared sucia y desconchada; pero hay otras cosas que no aparecen en las imágenes que son las esenciales para vivir con plenitud. Y me estoy refiriendo a todo ese aspecto intangible que da color a nuestra vida: relaciones que merecen la pena, sentimiento de ilusión por un nuevo día, inspiración para trabajar, fuerza, salud, conexión emocional curiosidad y ganas de aprender,  conexión espiritual.

Todas esas experiencias son las que garantizan una vida con sentido. Si podemos vivirlas en un marco bonito, mejor que mejor, pero…

Nunca un entorno, ni un objeto, ni una actividad de ocio, pueden sustituir esa amalgama de cosas que hemos comentado que se viven por dentro y no se ven.

 

Tampoco porque dejes un trabajo aburrido por otro que te gusta mucho más, y que te da más dinero y tiempo libre, tienes aseguradas de por sí estas experiencias significativas. Pero claro, decir que «reinventarse no es suficiente», no es tan bonito ni vende tanto.

¿Salir de la carrera de la rata, entonces? ¿Es posible? Sí, pero primero, cambiando desde dentro.

Por ejemplo, cambiando tu mentalidad y dejándote guiar por tus emociones.

O buscando relaciones que sean auténticas y de película. El otro día veía estas maravillosas imágenes en Instagram de PascalCampion, muchas referidas a la vida en pareja y familiar, a las pequeñas cosas del día a día, y me decía: ¡dios mío, pero si una relación así vale su peso en oro! ¡no hay trabajo o actividad que pueda igualarse a tener esta sensación de intimidad y felicidad con otra persona!

Mirad, hermosura máxima @pascalcampionart

Pero es que si vamos un poquito más lejos, de nada te sirven relaciones estupendas si tú no estás bien contigo mismo, si estás atravesando un período de depresión, desconexión y apatía, crisis insuperable o si no te acabas de gustar a ti mismo.

Por eso, querido lector, sólo quería decirte: una vida más significativa y libre empieza por fuera Y TAMBIÉN por dentro. Si te centras sólo en los cambios de afuera  (de trabajo, de hábitos financieros, de casa, de apariencia, de rutinas) aunque la alegría te dure un tiempo luego descubrirás que no es suficiente.

¿Y por dónde empezar este cambio interior? Creo que lo primero es revisar nuestra mentalidad, hacer un análisis de creencias y afirmaciones que nos están bloqueando sin que nos demos cuenta. Y luego ya van llegando los siguientes niveles: corporal, emocional, espiritual…

En este artículo me voy a centrar en el nivel mental y voy a hablarte brevemente de 3 ideas erróneas que te pueden dejar AÑOS atrapado en una situación de ansiedad, confusión y pesimismo.

Por ello, si quieres salir de la «carrera de la rata», o dicho de otra manera: de una vida rutinaria y asfixiante que deja poco espacio para la creatividad y las sorpresas, además de plantearte cambios externos, empieza por aquí.

 

Cómo salir de la carrera de la rata cambiando tu forma de pensar.

Cambia tu mentalidad para salir de la carrera de la rata
¡Pinea este artículo!

 

Punto número 1: Libérate de las prisas, del: «necesito solucionarlo ya»  o «necesito tener la respuesta ahora».

A casi todos, cuando nos damos cuenta de algo que no funciona en nuestra vida, o empezamos a vislumbrar la explicación a un problema que sufrimos desde hace tiempo, nos invade un sentido de URGENCIA.

Dios mío, qué horrorosa nuestra situación, pensamos, precisamos de una solución YA, rápido, ahora. Igual llevamos 20 años en una situación desagradable pero de repente se nos ocurre «que no podemos aguantar ni una semana más».

Estos pensamientos ansiosos e impacientes no conducen a nada… Primero, porque los problemas complejos requieren soluciones lentas y complejas que no se dan en una primera vez. Y segundo, porque estar tan enfocados en los resultados, en conseguir «respuestas y soluciones eficientes» es, justamente, la mentalidad de la carrera de la rata: venga, vamos rápido, no importa el proceso, sólo el fin, vamos a por lo siguiente, lo siguiente, lo siguiente… en una espiral que no acaba nunca y se vuelve más veloz con cada vuelta.

En serio, relájate. Si algo te preocupa hoy, empieza a indagar en eso sin prisas, las respuestas van apareciendo de forma progresiva y una después de otra, hasta dar con la clave final quizás meses después. Si algo no funciona en tu vida, muy bien, empieza a probar soluciones, pero con calma y una después de otra. No pretendas «acertar a la primera».

Salir de la rueda del hámster es olvidarnos un poco de los tiempos y los resultados y persevera en el camino de descubrimiento personal con alegría, con paz. No hay ninguna carrera que ganar y esa urgencia que sientes no es real, es sólo aparente, producto de una forma de vivir ansiosa e impaciente.

 

Punto número 2: El «no puedo»

¿Cuántas veces te dices a ti mismo «no puedo»?

No puedo hacer esto, no puedo hacer lo otro, uy a mi edad, quita, quita…

Otra de las actitudes que nos mantiene atrapados en esa «carrera de la rata» de la que hablamos es la sensación de impotencia. Una sensación de que las cosas no pueden cambiar, que no podemos hacer nada porque somos pequeños e insignificantes y nos falta fuerza de voluntad, constancia, valor o lo que sea.

¿Sabes una cosa? Eso es mentira. Cambiar no es fácil, cierto, pero ES POSIBLE si te empeñas en hacerlo poco a poco, paso a paso, sin desfallecer, utilizando todas las armas que posees (y si no sabes cuáles son, entonces tienes que conocerlas) y estando dispuesto a pagar los precios.

Que no puedes cambiar o mejorar una situación es una mentira que vas perpetuando día tras día y con esto, la engrosas, hasta que llegas a sentir que has perdido todo tu poder y eres un títere en manos de los demás o del destino… Derrotismo puro y duro, vamos.

Te sugiero que a partir de ahora no inviertas tanto tiempo en pensar que no puedes hacer algo y piensa en su lugar: ¿y cómo podría hacerlo? ¿dónde puedo encontrar herramientas e inspiración? ¿por dónde empezar? Y, desde ahí, empieza.

 

Punto número 3: Pensar «no hay otra opción», «la vida es así», «me tengo que conformar»

Otro pensamiento bastante limitante es pensar que hay cosas que, aunque desagradables, son así y hay que aceptarlas porque total le pasan a casi todo el mundo.

Por ejemplo, si vivimos en una familia donde todos los miembros son obesos, podemos llegar a pensar que «es que es mi genética, es así y me tengo que aguantar» cuando en realidad lo que están fallando son una serie de hábitos de alimentación que no vas a revisar si te quedas con el pensamiento de «es que esto es así y no hay más».

O poniendo otro ejemplo: la mayoría de la gente está estresada en su trabajo, cansada, discute con sus compañeros y se siente explotada. ¿Esto es así y hay que aceptarlo? No, para nada.

Estar mal en el trabajo tiene dos motivos, en mi opinión: uno externo y es que la presión a la que estamos sometidos en esta tan idealizada «sociedad del bienestar» es ABRUMADORA. Es abrumador el estrés emocional, fiscal, de productividad, burocrático y físico que soporta el trabajador medio (y sí, también la gente que vive de sus pasiones, te lo aseguro) y en algún momento como sociedad nos levantaremos contra esto y diremos: «que no, que no se nos puede exigir TANTO». Que lo de la «sociedad del bienestar» es un cuento que cada vez se cree menos gente, que igual nuestros abuelos vivían con mucho menos pero más tranquilos…

Por otro lado, uno también tiene que poner de su parte en el trabajo, ser fuerte y decir «sí, estoy estresado, harto, cansado, pero decido no pagarlo con mis compañeros. Voy a sacar fuerza y entusiasmo, aunque me cueste, y voy a ser un líder y una persona positiva con los demás, hasta donde pueda«. Pero muy poca gente se hace este tipo de proposiciones, es más fácil dejarse llevar por las quejas y el pesimismo general.

En resumen, que el 90% de la gente tenga un comportamiento no significa que sea normal, ni que sea sano, ni que no se pueda cambiar. Ábrete a otras posibilidades, busca a ese 10% de la gente que es diferente, activa, auténtica, feliz y ¡únete a ese club! Únete a la masa crítica de personas que da lo mejor de sí y no se conforma con algo simplemente porque es lo habitual.

 

Conclusión

Salir de esta espiral en que la vida es cada vez más complicada, donde el nivel de gastos crece al mismo nivel que el de ingresos, donde tienes la sensación de que tienes muy poco poder de acción sobre tu vida, no es sencillo pero es posible. Y yo te recomiendo empezar a revisar estas tres ideas:

  1. Las prisas por querer llegar a la solución lo antes posible. Porque la impaciencia es, justamente, un síntoma de que estás inmerso en un modo de vida antinatural y ansioso.
  2. Todos tus «no puedo». Sí, sí que puedes, otra cosa es que no siempre es fácil, ni a la primera, ni lleva un tiempo, pero eres más fuerte y más capaz de lo que crees si te permites verlo y probarlo.
  3. El pensamiento de «como lo hace todo el mundo, debe de ser normal». Un alto porcentaje de personas consume autodepresivos de forma habitual, por poner un ejemplo, y esto NO es lo normal. Busca a esa gente rara, diferente, valiente, que se atreve a hacer las cosas de manera distinta en vez de centrarte en la masa de hombres grises.

 

Puedes ir haciendo estos cambios mentales por tu cuenta, o puedes buscar ayuda.

Pero sobre todo, aprende a distinguir la verdadera sabiduría de los «cantos de sirena» que encuentras muchas veces en Internet y recuerda que una vida plena es una vida sin prisas, sin «no puedo» y casi siempre a contracorriente.

En este blog siempre intento compartir contenidos de este tipo, así que si te gustó, pásate por aquí o por mi podcast a menudo. ¡Hasta la vista!

 

Amparo María Millán Ocaña te informa que los datos de carácter personal que me proporciones rellenando el presente formulario serán tratados por mí como responsable de esta web. Finalidad de la recogida y tratamiento de los datos personales: gestionar el alta a esta suscripción y remitir boletines periódicos con información y oferta prospectiva de productos o servicios propios y de terceros afiliados.  Legitimación: Consentimiento del interesado. Destinatarios:  Mailchimp. Ver política de privacidad de Mailchimp.  Derechos: Podrás ejercer tus derechos de acceso, rectificación, limitación y suprimir los datos en info@puedoayudarte.es. Puedes encontar más información sobre Protección de Datos en mi página web, así como consultar mi política de privacidad.

¿Te gustó este artículo?

Recibe los siguientes en tu correo

7 Comentarios

  1. Padrísimo artículo como siempre, Amparo. Descubrí tu blog hace algunos meses y me encanta todo lo que escribes. Me cuesta trabajo encontrar blogs de desarrollo personal justo por lo que dices, estas historias que venden de «historias de éxito» y «fórmulas mágicas» para encontrar la felicidad. Por eso me encanta lo que escribes, por todo lo que cuestionas. Personalmente, ya me cansó ese rollo de que para ser feliz debes dejar tu trabajo de 9 a 5. Yo me topé con el camino del emprendimiento porque mis circunstancias de vida me trajeron acá, pero antes de eso, mi sueño siempre fue un trabajo «normal». No me parece justo venderles a las personas la idea de que la única manera de ser feliz es emprender, porque emprender no es para todo el mundo. Tampoco me parece justo decir que un trabajo corporativo necesariamente es una carrera de ratas o rueda de hámster, porque muchas personas eligen ese camino libremente, conscientemente, con toda la intención. En ese camino puedes crecer tanto como en el del emprendimiento. Como dices, el crecimiento, la felicidad y la plenitud se encuentran buscando adentro, no afuera. Un abrazo Amparo, te sigo leyendo. Mariana.

    • Amparo Millán Responde

      Querida Mariana, un enorme GRACIAS por tu comentario, me ha encantado, y no podría haber resumido mejor el contenido del artículo. Yo también estoy saturada de esa idea de que por tener un trabajo de 9 a 5 «estás alienado», ¡pero si es un horario estupendo si se sabe compaginar con otras cosas! Aparte, yo he trabajado de asalariada en ciertas empresas donde lo he pasado tan bien, he tenido tan buen rollo con los compañeros, que por eso veo que encontrar la plenitud y la realización puede hacerse de muchas maneras.
      Por cierto, preciosa tu página y precioso tu mensaje «La vida no es perfecta, tú tampoco tienes que serlo», ¡pero claro, así essss!
      Un abrazo fuerte Mariana y te sigo desde ya ;-D

  2. Hola Amparo. Estupendo artículo. Todo
    lo que dices me gusta , y me refuerza, ya que a base se años de experiencia, afortunadamente,las prisas y la impaciencia van quedando superadas, así como el «no puedo «Yo creo que todo se puede conseguir, y que somos capaces de cambiar nuestra forma de pensar, de actuar y de lograr nuestros objetivos. Como ves, lo que tu escribes me sirve de apoyo, y como te decía me refuerza en mi día antes día.

    GRACIAS!!!!!

    • Excelente todo el escrito está buenísimo y comparto la idea de que hay que dejar la «prisa» felicitaciones por trabajo, desdé Venezuela bendiciones y adelante siempre.
      Gracias por este regaló.
      Saludos.

  3. Hola amparo me encantó el artículo. Una pregunta:En el caso de esas personas que dejan todo por viajar y dicen que viven de sus libros o de lo que el universo les provee.Será así ? . Por qué yo he publicado en antología mis poesías pero las ediciones hubo que pagarlas no es tan fácil vivir como ellos dicen . Un consejo please.

  4. He empezado a leer artículos con interés hasta que… Bueno, al final parece que es un sitio más que culpa a las personas de sus problemas. Lo siento, pero el «no puedo» no es una excusa. Uno NO PUEDE, por ejemplo, dejar un trabajo de un día para otro porque no le gusta. NO PUEDE irse a Tombuctú mañana y dejarlo todo tirado. Y etc. Precisamente lo más duro y valiente es aceptar que NO se puede.

Escribe un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.