Hay veces en que tenemos sueños tan altos, objetivos tan idílicos y alejados de nuestra vida actual, que nunca se materializan porque no sabemos como atajarlos.

Y te diré una cosa: tener fantasías es increíblemente cómodo, porque soñar es gratis, no tiene riesgos y siempre podemos culpar al destino de nuestra mala suerte en la vida en lugar de responsabilizarnos de cambiarla.

El problema es ese: que las fantasías son dulces pero no sacian, y si estás en este blog es porque buscas una vida REAL que te colme, así que vamos a ver cómo salir de ese círculo vicioso de fantasear pero no dar ningún paso para traer esas imágenes a la realidad.

 

Dos motivos para sentirse estancado y sin saber qué hacer

Digamos que hay dos motivos, bastante parecidos, que nos colocan en una situación de parálisis o estancamiento.

El primero es tener muchas opciones y no saber cuál escoger, o bien saber que tenemos que mejorar varios aspectos de nuestra vida pero no decidirnos por cuál empezar.

La solución a este conflicto es más sencilla de lo que parece: ¡escoge cualquier decisión, aunque sea tirando una moneda al aire, empieza por cualquier sitio! Es peor permanecer paralizados semanas, meses o años por pura indecisión que tomar un camino y seguirlo, y dejar que pase lo que tenga que pasar.

Ya que el movimiento es el remedio para salir de un bloqueo, como explicaba en este artículo.

 

El segundo motivo para sentirnos estancados en nuestra vida y sin saber qué hacer para mejorarla es el que voy a tratar en este artículo: que la diferencia entre nuestra situación ideal y la realidad es TAN ABISMAL que nos desmotivamos antes de empezar, y además no encontramos ninguna solución satisfactoria a nuestros variados y múltiples problemas.

 

¡Pinéalo!

Por ejemplo, imaginemos que estoy atrapada en un trabajo que no me gusta, mi casa es oscura y fría y además tengo serios problemas de comunicación con mi familia (eso cuando nos comunicamos, porque la mayor parte del tiempo estamos cada uno con nuestro smartphone en nuestro mundo). Para evadirme un poco de esta situación desesperante sueño con una vida perfecta en la que me ha tocado la lotería, he podido dejar el trabajo, vivimos todos felices en una casa de madera en medio de la montaña (misteriosamente ahora sí nos hablamos con afecto) y yo me levanto ilusionada cada mañana, sana, fuerte  y con las ideas claras.

Esta meta es prometedora y resultaría una inspiración si sólo la tomáramos como eso: una mera inspiración. El tema es que, de manera ilusa, pensamos que hay una forma, una solución brillante que sólo tenemos que descubrir, para pasar de un estado de «desastre» (llamémosle) a un estado de «ensueño» en un solo paso.

Y no es así…

No se puede pasar de la letra A a la Z en un solo paso.

Podemos estar AÑOS buscando esa «solución perfecta y única» a todos nuestros problemas y morir en el intento…

¿Qué hacer, entonces?

Pues esta es la respuesta: vislumbrar el camino hacia nuestra vida ideal como una escalera y, en el momento presente, centrarnos sólo en el primer escalón.

Coaching: la teoría de la escalera para alcanzar tus metas
La teoría de la escalera para alcanzar tus metas

 

El camino hacia nuestras metas es una escalera

Cuando persigues un sueño ambicioso y con cambios en muchas parcelas de la realidad (casa, familia, trabajo, dinero, bienestar emocional, salud) o incluso aunque sólo quieras hacer cambios en uno de estos aspectos, no tienes que pensar en términos de UNA SOLUCIÓN o UNA DECISIÓN, sino pensar que el camino requerirá MUCHAS DECISIONES, una detrás de otra, y cada una de ellas te acercará un poquito más a la meta, sin que exista una definitiva.

Como cuando subes una escalera: no te quedas embobado mirando arriba del todo pensando qué puedes hacer para recorrer esos 10 metros, sino que pones toda tu atención solamente en el siguiente escalón… Y una vez has subido este peldaño, pones atención en llegar al siguiente.

Entonces…

A la hora de conquistar tu vida ideal, no tienes que dar un salto para llegar al punto final (ni siquiera saber cómo hacerlo, o dónde acaba la escalera) sólo tienes que dar el siguiente paso.

 

Subir un escalón, en la práctica, es tomar una decisión que te acerque no a esa vida de ensueño sino  a un lugar un poquito más confortable. Simplemente eso.

Y esta es la única pregunta que tienes que hacerte si quieres cambiar tu vida DE VERDAD en lugar de pasarte el tiempo fantaseando con milagros:

¿Qué cosa, qué acción, qué decisión haría mi vida un poquito más confortable?

Y una vez que hayas definido una, lo cual no tiene que llevarte mucho tiempo, céntrate en implementarla y después ya pasarás a otra cosa.

 

Un par de ejemplos

Vamos a ver esta «teoría de la escalera» con algunos casos prácticos.

Imagínate que estás sintiendo un grave malestar emocional por una enfermedad, una pérdida traumática o porque estás atravesando un momento de ansiedad y depresión.

El enfoque incorrecto sería devanarte los sesos intentando averiguar qué solución podrías aplicar para salir de ahí de un salto. Ya te digo yo que no la vas a encontrar, porque puedes probar una terapia, un medicamento o una afición, y descubrir que ese malestar, aunque mitigado, sigue contigo. Y entonces llegan las siguientes fases: frustración, desesperanza y pesimismo por creer que nunca vas a superar esa crisis.

¿Cuál sería un enfoque más constructivo? Justamente el pensar: «en vez de buscar LA SOLUCIÓN PERFECTA a mis males, voy a centrar mis energías en encontrar algo que me haga sentir un poco mejor. Sólo eso».

Y de hacerlo así, notarás que esa terapia, ese medicamento o esa afición con la que te habría comprometido, aunque no te llevan al final de la escalera sí te alivian, sí hacen tu vida un poco más confortable. En este punto eres capaz de ver que has subido un escalón, y sabes que después de este llegará otro, y luego otro, y si sigues perseverando haciendo cosas que te hagan sentir un poco más confortable cada vez en algún momento llegarás a tu destino.

Como ves hacemos lo mismo en uno y otro caso, lo que cambia es el enfoque.

Otro ejemplo: Acabas de terminar unos estudios universitarios y te das cuenta, con espanto, que en realidad no te gusta lo que has estudiado y no forma parte de tu vocación, pero tienes que trabajar para ser independiente o mantener a tu familia.

Ahí estás tú en tu situación inicial: desmotivado, perdido, sintiéndote culpable por la mala elección del pasado y sin más alternativa que buscar un empleo cualquiera para mantenerte. Para escapar de este drama pasas las horas vislumbrando en tu cabeza una situación fantasiosa en la que tienes dinero, libertad, sabes cuál es tu vocación y además vives muy bien de ello.

El estancamiento y el agobio se producen cuando quieres pasar de tu realidad actual a esta fantasía en un único paso, y entonces empiezas a buscar por todos lados tests vocacionales y empiezas a plantearte si pedir un crédito para empezar otros estudios sin estar aún muy seguro de ello (con la esperanza de acertar esta vez). Posiblemente pasen unos meses antes de darte cuenta que este camino no lleva a ningún lado, que no hay una «autopista directa de acceso a tu vocación» sino que cada vez te sientes más frustrado y con menos recursos financieros.

Ahora miremos este problema desde la perspectiva de la escalera. Ahí estás tú, con tu flamante título bajo el brazo y un camino que recorrer paso a paso. Siguiendo la pregunta de: ¿qué haría mi vida un poquito más confortable? puedes decidir que lo primero podría ser un cambio de imagen porque lo has descuidado durante tus estudios (u ordenar tu casa, o tu habitación, o pedir cita en la consulta de asesoramiento laboral de tu universidad). Fíjate, algo sencillo, pequeño, con pocos riesgos pero que te pondría en una situación de mayor energía.

Das este paso y luego decides que necesitas dinero y por ello empiezas a buscar trabajo. En el escalón 2 primero buscas trabajos que te gustan y luego, si no sale, sin desesperarte, buscas otro tipo de cosas, siempre teniendo en mente que el objetivo no es el trabajo en sí, sino el dinero que te permitirá mantenerte y llegar a una vida más satisfactoria.

Sigues recorriendo escalón a escalón tomando nuevas decisiones, cada una de ellas dirigidas a hacer tu vida UN POQUITO mejor: te apuntas a una actividad por las tardes que te da alegría (bailar, pintar, cocinar, tejer, baloncesto) simplemente por placer; luego decides que vas a leer una serie de libros sobre algo que te apasiona; otro día tomas la decisión de apuntarte un curso y enfocarte en él y cuando ya estás a mitad de esa escalera, decides que es el momento de hacer una terapia para conocerte mejor.

¿Sabes, además, lo bueno de esta manera de vivir enfocada SÓLO en el siguiente paso (y no en encontrar esa «solución mágica» que borre tus problemas de un plumazo)? Que empiezas a disfrutar el camino.

Porque cuando ves los pequeños avances, cuando empiezas a valorar y agradecer que tu vida es un poco más confortable (sólo eso) mes a mes, desarrollas la verdadera paciencia. Y algo más importante: te das cuenta de que lo que buscas en verdad NO es esa meta que tenías en tu cabeza…

 

Lo que buscas en realidad en la vida

Porque lo que todos buscamos en la vida no es algo material y concreto: esa casa en la montaña, ese trabajo ideal, esa relación de pareja o familiar sin conflictos. Lo que buscamos, por debajo de eso, son las SENSACIONES que esas cosas nos provocarían.

Sensaciones de felicidad, de plenitud, de ilusión, de conexión, de amor, de fuerza interior, de aventura, de pasión por la vida, eso es lo que anhelamos. Y esas sensaciones se pueden lograr a través de conseguir una fantasía determinada que forjamos hace dos años o (he aquí lo interesante) a través de otras vías que ni siquiera conocemos, pero que aparecerán conforme andemos el camino.

Pero esto es objeto de otro artículo…

Por hoy, quédate con esta idea de la escalera y con la pregunta que te sacará del estancamiento y el victimismo porque no te gusta tu vida:

¿Qué puedo hacer que haría mi vida un poco más confortable?

Sólo tienes que contestar eso, simplemente eso, no es tan difícil. Y después ponerte en marcha, escalón a escalón.

¡Valor y suerte!

 


Créditos de las imágenes: GetStencil

 

 

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10 Comentarios

  1. Excelente Amparo! Paso a paso y percibiendo lo que te genera bienestar o no. Es cuestión de detenerse unos minutos a pensar y sentir, respirar profundo, y la respuesta llega sola. Gracias!

  2. Muy claro, concreto y con un mensaje espectacular. Paso a paso, un día a la vez. Nada dificil, solo disfruta el camino q día a día vas construyendo. Muy lindo. Gracias 😊

  3. Excelente el artículo! La idea de la escalera, disminuye la ansiedad y te permite organizar mentalmente y a partir de los logros los diferentes pasos a seguir. Gracias!

  4. Escalón por escalón. Muy bueno. Tiene lógica para mi cerebro. Esa era la piedra del día. Gracias mil

  5. En realidad te encontré hace unos días por pinterest. Me has inspirado por que me identifico con los temas y más con las ideas de pensar. Me gusta mucho tu blog.
    Me calma, me da ánimos y tengo muy presente el hecho de no ir de prisa que leí ayer. Me impulsa a no rendirme aún en momentos de incertidumbre, ver esa luz al final de la calle.
    Solo quiero darte las gracias por hacer esto posible y un abrazo con el corazón desde México.

    • Amparo Millán Responde

      Querida Elsa,
      Muchas gracias por tu lindo comentario y me alegra enormemente que estos artículos te estén ayudando a vivir de manera más calmada, sin prisas y a no rendirte 🙂 En cuanto a la paciencia, te invito a chequear este otro artículo, por si puedes encontrar un poco más de inspiración ahí –> Tener paciencia ¿y eso cómo se hace?
      Un abrazo grande para México!!

  6. Lourdes Espinal p. Responde

    Mi nombre es Lourdes : quedé muy motivada después de leer este artículo, ya que paso a paso podemos lograr lo que queremos. Muchas gracias por su ayuda.

    • Amparo Millán Responde

      Querida Lourdes, me alegro mucho que este artículo te dejara con ánimo y motivación para lograr tus metas. No olvides la lección: ¡paso a paso, escalón a escalón! 😉 Un besote!

  7. Pingback: Para retomar el control de tu vida: deja de esperar – bettyelane.com

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