Aquí va un pequeño consejo de productividad para empezar el lunes:
Si quieres ser verdaderamente poco productivo, si deseas «echar por la borda» toda tu mañana de trabajo u obligaciones varias… recuerda: nada más levantarte, ABRE EL CORREO ELECTRÓNICO.
Esta es, con diferencia, la forma menos productiva de empezar el día, así que si este es tu deseo, simplemente hazlo y ya me contarás.
He hablado de esto muchas veces con amigos y compañeros de trabajo. No hay nada que nos descentre más y nos aleje más de la eficacia que buscamos que abrir el correo electrónico a primera hora. Nótese que donde digo «correo electrónico», también podría decir facebook, twitter, lista de lectura de nuestro blogs o foros online. Ese momento en que ya has desayunado, te has vestido, estás en tu despacho, con tu taza de agua, té o café a lado (para no tener que levantarte después y distraerte) y tienes la clara resolución de aprovechar bien tu mañana de trabajo, para así por la tarde tener tiempo para ti. Has hecho todo bien: tienes una lista de tareas para el día de hoy, ordenadas según su dificultad, te has programado los descansos y sabes bien qué pretendes conseguir con esas tareas. Es un comienzo de jornada perfecto, y estás decidido a llevarlo a cabo.
Y entonces… nada más encender el ordenador y justo antes de empezar a trabajar, te dices, inocentementes «uy, voy a abrir el correo, a ver si hay algún mensaje súper urgente que me ha llegado desde ayer por la noche y al que tengo que contestar de inmediato». (Otras alternativas: «uy, voy a abrir las redes sociales cinco minutitos, simplemente para empezar el día con una sonrisa») Y abres el correo (twitter/facebook/blogs). Y…
Se esfumó tu mañana productiva, tu concentración, tu foco.
Quizás algún lector piense que estoy exagerando. Bueno, es posible. Quizás haya personas que todas las mañanas, nada más sentarse a la mesa de su despacho, abran el correo elecrónico y realmente sólo den un vistazo rápido a su bandeja de entrada, abran esos mails urgentes y los contesten. Y a los cinco o diez minutos cierren tranquilamente su navegador y se pongan a trabajar, aplicados.
El común de los mortales abrimos el correo con la intención de que esta vez sí, serán diez minutos. Y a la media hora nos encontramos leyendo una avalancha de correos y newsletter varios, y cinco pestañas más de nuestro navegador están abiertas, porque claro, algunos correos nos redirigen a artículos publicados en otros blogs, y en otros casos y por cualquier causa, hemos tenido la urgencia de buscar información de este asunto o este otro. Tal vez hemos visto una fotografía de nuestros amigos en la playa y nos hayamos acordado de esa falda que queremos comprar (vamos a siete tiendas online a ver los distintos modelos y en cuál es más barata). Quizás nos ha llegado un correo con ofertas de hoteles y destinos diversos, y acabamos en un foro de literatura de viajes que nos ha encandilado. Uno sabe que en Internet una cosa siempre lleva a otra, y a otra, y a otra…
Total, que al final resulta que no había ningún mail URGENTE que contestar y cuando miramos el reloj son las once de la mañana y no hemos hecho nada del trabajo. ¡Horror! En ese momento nos asustamos, cerramos el correo y todas las pestañas abiertas abruptamente, nos culpabilizamos («cómo he podido hacer esto, si iban a ser cinco minutos…«) y entonces sí, nos ponemos a trabajar… pero arrastrando gran parte del día esa desconcentración y esa negatividad producida por la culpa.
Venga, seamos sinceros, que levante la mano la persona a la que no le haya pasado esto…
Así pues, mi consejo es que si quieres realmente tener un día desenfocado y NO productivo, siéntate en tu mesa de trabajo y empieza la mañana mirando tu bandeja de entrada y dejándote llevar. Si no quieres que te ocurra esto, entonces y simplemente, elige otra alternativa, como por ejemplo esta:
Revisa tu correo electrónico, tus blogs o redes sociales, como mínimo, a partir de media mañana.
Existe una tercera opción más inmedita y es la siguiente: si realmente llevas dos horas navegando por Internet, leyendo información de aquí y alla (como este artículo) y postergando tus tareas diarias, en este momento ríete de ti mismo (cuanto más estridente, mejor, una sonora carcajada es más efectiva), abandona Internet y comienza despacito con lo que tenías que hacer. Sí, sin culpas, sin dramas, sin fustigarte. Vale, has perdido la mañana ¿y qué? Sentirte culpable te llevará a seguir buscando «el consuelo» del entretenimiento virtual. Ríete, recuerda con humor la cantidad de cosas probablemente poco aplicables a tu vida real que has estado viendo o leyendo esas dos horas (gatitos bailando en Youtube, hoteles en las Maldivas, camisas de temporada, cómo imitar la mirada de tu actor favorito), y tómate tu acción como un experimento. Ahora ya sabes que es lo que NO tienes que hacer nada más sentarte a tu mesa de trabajo, ¡fantástico! Tal vez mañana hagas algo distinto.
Y si reincides, cosa que seguramente ocurrirá algún día, entonces vuelve a empezar: para lo que estás haciendo, ríete (carcajada mejor, recuerda), contempla con humor lo que has estado leyendo, tómatelo como un experimento… y luego cierra las ventanas abiertas del ordenador y ponte a trabajar. ¡Y fin!
Y a vosotr@s, ¿os ha ocurrido esto? ¿Se os ocurre algún otro consejo o estrategia para ser poco productivos?
3 Comentarios
Con mucho humor pero has reflejado mis mañanas cuando estoy de libranza… del facebook a los artículos de las diferentes páginas que me gustan, de ahí al correo y de ahí…a miles de webs por ver si veo ideas nuevas y así voy incrementando la carpeta de «pendientes por hacer/leer» y por supuesto también tu blog 🙂 Un saludo
Los fines de semana me suelo levantar a la misma hora que en laborable, y es cuando hago las tareas más «importantes» de la casa. Estoy perdida si me llevo el portátil a la cocina para «echarle un vistazo al facebook, outlook..mientras me tomo mi cafelito». No sólo me doy cuenta que han pasado más de dos horas y no he hecho nada de mis temas pendientes, si no que además es como si me hubiesen consumido la energía, de manera que ya no tengo «ganas» de hacer nada. Y no sé por qué miro el face, si no hay nadie «vivo» a esas horas. Menos mal, que aunque tengo Google+ y Pinterest, no les termino de coger el gusto y entender y no me gustan demasiado. Y venga a guardar fotos, tutoriales, artículos, etc, etc, de cosas que me interesan y espero hacer algún día (recetas, galletas decoradas, costura…) o aplicar en mi vida. Y aquí viene enlazado la limpieza de archivos, blogs suscritos, de la que hablabas en tu artículo de Agosto.
Un saludo. Gracias por tus artículos.
Yolanda, eso de pasarse horas haciendo «todo y nada» en las redes sociales y blogs varios es tan, tan habitual.
De vez en cuando, está bien darse una de esas mañanas «de lecturas variadas y sin límite» (yo lo hago en vacaciones, ¡y desde la cama!) pero si verdaderamente este hábito hace que el fin de semana empieces con mal pie y con agobios, por no haber hecho las cosas a tiempo, entonces es hora de pensar en cómo cambiarlo. Sin prisas. Cambiar hábitos requiere paciencia, y tiempo.
Al final de lo que se trata es de mejorar tu calidad de vida, y si para ti quedarte sin energía a mediodía del fin de semana es un problema, entonces ya sabes lo que NO tienes que hacer (¡ordenador fuera!).
Un abrazo!