¿Te ha pasado esto de tener muchas cosas que hacer pero estar apático total y sin ganas de nada? Tu mente racional te dice que te dejes de tonterías y avances en la lista de tareas… pero por tu desánimo y baja energía acabas tumbado en el sofá viendo la tele, vídeos de gatitos o whatsappeando con tus amigos.

Si estudias o trabajas desde casa te habrás visto en esta situación más de una vez (y más de dos, y más de diez). Hay días que son de pleno rendimiento, muy productivos, y sin embargo otros días parece que no tenemos ni fuerza física ni mental para hacer la tarea más simple, lo cual nos alarma bastante: dios mío ¿qué me pasa? ¡necesito avanzar!

Algunos fines de semana ocurre lo mismo: te levantas con intención de comerte el mundo (¡voy a limpiar esto! ¡y a acabar ese informe! ¡y a salir a correr! ¡y a invitar a comer a casa a todos mis amigos!) pero al final de lo único que tienes ganas (y acabas haciendo) es de tumbarte en el sofá y ver cinco capítulos de la serie que te tiene enganchado.

Pues ¿sabes? Tampoco es tan grave tener un día de apatía total de vez en cuando y aquí va la primera lección: días pocos productivos, de desgana o de bloqueo los tenemos todos. No te sientas culpable o la persona más vaga del mundo si te ocurre de vez en cuando.

Es cierto que cuesta admitirlo, es mucho más glamouroso decir que siempre estamos activos, enfocados y llenos de vitalidad. Pero llega un momento en que tenemos que reconciliarnos (y esta palabra es clave) con esos días o esa parte de nosotros más dispersa y lenta. Y digo más, no sólo tenemos que aceptar esta parte, sino que tenemos que verle su parte positiva. Porque los días apáticos son perfectos para hacer ciertas cosas.

¿No me crees? Ahora mismo te lo demuestro.

En este artículo he recopilado una lista de cosas que puedes hacer si te encuentras es uno de estos estados de apatía-aburrimiento-no sé qué hacer-cansancio extremo. Todas estas tareas:

  • Son realmente útiles (por tanto, sentirás que eres productivo a otro nivel)
  • No demandan mucha concentración ( por lo que son propicias para realizar con la mente relajada y dispersa)
  • Y además, te ayudarán a centrarte y a recobrar la energía.

¡Empecemos!

 

Apatía y desmotivación: 4 actividades que puedes hacer para superarlas
¡Pinéalo!

 

Actividades que puedes hacer en un día apático total

 

1. Ordenar

No hay acción que otorgue más claridad mental cuando se está embotado, además de movilizar energía, que la de ordenar un espacio físico o digital. En la práctica significa repasar todo lo que tenemos, reestructurar, descartar lo que ya no sirve y colocar el resto de forma práctica y armónica.

Ordenar es algo que requiere tiempo pero no demasiada energía o concentración, por eso es una de las tareas «estrella» para los días de baja productividad.

¿Qué puedes ordenar en un día o en una tarde?

  • El armario de tu dormitorio, lo que implicará encontrarte con prendas de ropa y zapatos que quizás habías olvidado que tenías  o empezar a ver nuevas posibilidades de combinación entre tu ropa.
  • Papeles varios. Esto da más pereza que lo anterior pero es incluso más necesario. Revisa todos los documentos, contratos, facturas, recibos del banco, y tira los que ya no sean necesarios o digitalízalos (foto con el móvil) para que ocupen menos espacio. Ordena también las felicitaciones, fotografías, cartas y tarjetas varias que tienes, lo que supone pasar un rato agradable releyendo dedicatorias o recordando momentos especiales. Es una buena acción para un día apático conectar con la gratitud por todo lo bueno que ha sucedido y/o nos han dicho los demás.
  • Fotografías y archivos digitales. De poco sirve tener un despacho ordenado si nuestra principal herramienta de trabajo está desorganizada y llena  de «basura digital». Te sentirás muy productivo y satisfecho si dedicas una tarde, o un día entero, a poner orden en esa maraña de archivos, fotografías y vídeos de tu móvil, tablet y tu ordenador.
  • El armario del baño o los cajones de la cocina. Puedes encontrar cosas sorprendentes en las profundidades de ambos espacios. Quizás es hora de tirar los alimentos y productos cosméticos caducados o resecos o arreglar/tirar ese electrodoméstico roto que guardas desde hace años.

 

En resumen, cuando estés muy cansado y sin ganas de nada, dedícate a ordenar sin prisas y observa cómo esto incrementa tu estado de ánimo, claridad y entusiasmo. Además al final del día tendrás una sensación gratificante porque has hecho algo que era necesario: ¡objetivo cumplido!

 

2. Planificar

A veces no tenemos mucha energía para HACER cosas, pero sí para planificar lo que vamos a hacer. Hacer listas de futuras acciones, con sus respectivos tiempos, nos enfoca y nos despeja.

Ese típico día disperso y apático, en que no tienes ganas de trabajar duro, aprovecha para planificar la lista de la compra, los objetos que quieres adquirir en las próximas rebajas, los lugares de tu ciudad que te encantaría visitar o detalla un plan de acción para la próxima semana, mes o año.

A veces para planificar adecuadamente tenemos que mirar hacia el pasado, con lo cual es el momento de revisar también qué has hecho, qué te falta por hacer y cómo podrías solventar esas dificultades que te agobian.

A mí particularmente me encanta hacer balance y planificar en mis días pasivos. Como esta tarea lleva bastante tiempo, prefiero dejarla para los momentos de menor productividad, y así me quedan libres los días o temporadas de mayor productividad para avanzar en lo que me interesa.

Aparte, lo que suele suceder tras pasar un rato revisando y planificando es que aparece como cierto deseo de empezar a hacer eso que hemos anotado, como un «pequeño subidón». Por tanto, esta es una tarea perfecta para centrar nuestra mente dispersa y despertar nuestras ganas de hacer cosas.

 

3. Algo creativo

Si te sientes apático y sin ganas de nada, prueba a hacer algo creativo

 

No sé por qué razón, pero esos días de apatía y desgana esconden un gran potencial creativo. Y si no, que levante la mano quien en época de exámenes no redecoraba su habitación, hacía decenas de fotos «artísticas» o componía canciones llenas de sentimiento. Es más, me atrevería a decir que las mejores obras de arte y proyectos empresariales han nacido de ratos de aburrimiento y dispersión.

Comenzar a hacer algo creativo sin ninguna pretensión nos saca de ese estado de bloqueo y de «dios mío, soy una persona horrible por no tener ganas de nada«.  Aquí te propongo algunas ideas creativas:

 

1. Si eres una persona muy mental, haz algo manual o que implique movimiento. Por ejemplo, dibuja a mano un cartel bonito, un calendario mensual o crea tu «vision board«. Empieza a tejer esa bufanda que viste hace tanto tiempo en un blog. Si te gusta moverte, inventa una coreografía para tu canción favorita. Y los amantes de la cocina se sentirán rápidamente satisfechos si en uno de esos «días apáticos» experimentan con una nueva receta, sin miedo, por puro placer.

2. Escribir. Para mí, no hay mejor terapia para descargar nuestros pensamientos y ordenarlos que escribir. No se trata de redactar un buen texto, ni siquiera de hacerlo coherente. Se trata de volcar en el papel nuestra cháchara mental o nuestros miedos y comprobar cómo al cabo de un rato obtenemos una conclusión original que no sabemos bien de dónde ha venido.

3. Leer. Pero en este caso NO lo primero que encuentres por Internet (lo que te hará dispersarte aún más y sentirte improductivo) sino esa lectura que llevaba tiempo esperando, que habías seleccionado previamente. Puede ser una novela para la que nunca sacas tiempo o algún artículo guardado en tus favoritos. Acabar una lectura pendiente también crea esa sensación de haber hecho algo útil al final del día, y como todos sabemos, la lectura siempre es una fuente de nuevas ideas.

 

4. Tiempo para el placer

A veces nuestro cuerpo está desganado porque llevamos días sin hacer algo placentero. Por ello, sentirnos apáticos es una vía para nuestro ser esencial de reclamarnos atención, de decinosr: ¡hola, estoy aquí, más obligaciones no, por favor!

Mi última recomendación para cuando te levantes sin ganas de nada (y no tengas algo urgente que hacer, por supuesto) es que realices algo agradable que llevabas mucho tiempo postergando. Te aseguro que esto te beneficiará más que las sesiones interminables de facebook, foros, blogs o de youtube a las que acudimos sólo «para pasar el rato». Algunas sugerencias placenteras:

 

  • Un spa-sesión de belleza en tu propia casa. Aprovecha para dedicarte un par de horas en esos días poco productivos (en los que total no vas a hacer nada porque no puedes). La sensación que tendrás al mimarte y cuidarte no tendrá precio y, curiosamente, puede que después te entren ganas de trabajar.
  • Pasea por calles desconocidas de tu propia ciudad, en soledad, con otra persona o con tu mascota. Hay pocas cosas tan fáciles y baratas como esta. Salir de casa, sobre todo si nos dirigimos a un parque o cualquier otro sitio con vegetación, siempre es restaurador y despeja las ideas.
  • Enviar un e-mail a alguien a quien hace mucho tiempo que no ves. Puesto que en el ajetreo diario no solemos encontrar un momento para escribir a los demás, puede ser una buena idea para estos días menos productivos dedicarnos a fortalecer nuestras relaciones sociales. Dar nuestro cariño y consideración a otras personas es algo que siempre nos hace sentir bien.

 

En conclusión

No se trata de convertir los días apáticos en la tónica general (si generalmente te sientes así, desganado y con poca energía, es un problema y tendrás que buscar una solución) pero sí hemos de tratar de asumirlos y entenderlos cuanto aparezcan.

 

O lo que es lo mismo, tenemos que aprender a escucharnos y respetar nuestros ritmos. 

 

No siempre podemos estar a tope. Hay temporadas en las que naturalmente estamos más enfocados y con ganas de comernos el mundo y otras en que la energía es más introspectiva y es momento de dedicarse a cosas menos demandantes.

Lo que yo te propongo en este artículo es que encuentres una actividad útil y sencilla que puedas realizar con la mente dispersa. Por ejemplo ordenar, planificar, hacer una actividad creativa o algo placentero.

Si pones tu intención en ello, puedes transformar un día apático en una experiencia interesante, y además acabar el día con la sensación de que has hecho algo de provecho.

Es una buena idea ¿no crees? Así que partir de ahora ¡a disfrutar de los días apáticos!

 


Créditos de las imágenes: Imagen 1: kodomut via photopin cc // Imagen 2: extra-minty via photopin cc

 


 

Seguir aprendiendo – ¿Pero y si los días apáticos son la mayoría?

En este artículo me he enfocado en esos días de desgana que todos tenemos de vez en cuando (lo cual no es para nada preocupante, sino perfectamente normal).

Sin embargo, si esta actitud de apatía y dispersión no es algo puntual sino que la tónica general del tus días… bueno, entonces sí estamos ante un problema más serio y entonces te recomiendo dar un paso más serio y comprometido, en vez de pasar los días ordenando, planificando o mimándote en el baño.

Acabo de diseñar una clase intensiva, de mucha calidad (ya ves cómo son mis artículos) y además con un precio fabuloso que se titula «Comprender y superar las 4 actitudes que bloquean tu potencial”

A lo largo de 4 vídeos y un total de 164 minutos  te enseño a diagnosticar cuáles son las actitudes y comportamientos que te desgastan, te roban la energía y te impiden enfocarte y ser productivo. Te proporciono, además, un cuadernillo de trabajo digital para que vayas anotando tus reflexiones sobre la marcha y determines las acciones que vas a llevar a cabo.

Apúntate a esta clase si habitualmente te sientes sin rumbo, desmotivado y con poquísima energía pero sobre todo si quieres CAMBIAR esa actitud en vez de resignarte a seguir así de por vida. Aquí tienes toda la información:

 

CLASE INTENSIVA: VENCER LAS 4 ACTITUDES QUE BLOQUEAN TU POTENCIAL

 

En resumen: no te quedes sumido en la desgana y ¡toma acción!

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21 Comentarios

  1. Hola, Amparo!

    Este artículo me parece estupendo. A menudo me dominan estos días en los que no tengo ganas de hacer nada y me siento súper culpable e improductiva… Creo que hay que aprender a reconciliarse con uno mismo, soltar el látigo y empezar a buscar otros caminos para llegar a donde queremos.

    Pero, como siempre, estas cosas cuesta aprenderlas y ayuda que alguien, sobre todo profesional, te diga que no pasa nada y que mereces seguir en este mundo 😛

    ¡Hoy me ha sentado el café mejor que nunca!

    • Amparo Millán Responde

      Hola Gaby!

      ¿Verdad que el café sintiendo que una no es la persona más improductiva de la Tierra sienta mejor? 🙂 Si he escrito este artículo también es por mi experiencia, sobre todo como estudiante. Había días fantásticos en que avanzaba un montón (por supuesto, sin reconocérmelo especialmente «es lo que debe ser» me decía), y cuando llegaba un día malo… ahí usaba el látigo, como tú dices.

      Yo creo que BASTA YA. Basta ya de sólo querer el lado productivo y enfocado de nuestra naturaleza. Porque además, a todos nos pasa lo mismo. Además, es que es cierto que estos días dispersos apetece hacer cosas que resultan muy útiles (¡ordenar y planificar es lo mejor que hay!) y para las que destinar horas de un día productivo no sería la mejor idea.

      Te marchas ya mismito… Mucha suerte en tu viaje y espero ansiosa leer tus experiencias! Un abrazo.

  2. Vaya-vaya, Amparo; como siempre, para mí, dando en la diana con tus artículos. Voy a tener que empezar a imprimirlos y guardarlos en una carpeta-libro titulándole algo así como «Yo misma vista por Amparo Millán»

    En tu anterior artículo «Cómo darle la vuelta a la típica lista de tareas», te comentaba: «Esto me recuerda que yo empecé a aficionarme a la repostería (tartas, pasteles, bizcochos, etc) por evitar planchar o pasar la ASPIRADORA; así tranquilizaba mi conciencia de que no estaba haciendo algo productivo, jejejeje».

    Con respecto a lo que comentabas en tu entrada ayer en face, el ponernos a ordenar, limpiar, tirar lo inservible, etc, en estos primeros días del año, ¿no tendrá que ver con la idea de empezar de cero, de como dicen «hacer espacio para que entre lo nuevo»; que el reflejo de tu interior (abarrotado, desordenado) es reflejo de tu interior, de tu mente abarrotada, desordenada..y todos queremos tener todo muy clarito?. ¿O lo utilizamos como calentamiento de lo verdaderamente importante que nos hemos propuesto?; coger inercia siendo productivos?. O «ufff, lo que me he propuesto es algo tan difícil e inalcanzable, que mejor me quedo con las cosas que sí domino». (me parece que se me nota mucho mi mente abarrotada y desordenada, jajajaja)

    Un abrazo.

    • Amparo Millán Responde

      Jajaja (risa en voz alta), Yolanda me ha encantado eso de la carpeta y el título «yo misma por Amparo Millán», ya sabes qué otra actividad puedes hacer en un día de esos desenfocado y poco productivo ;-P

      No había pensado eso de que hacer limpieza a principios de año podía reflejar nuestra necesidad de empezar de cero, con claridad, tirando lo inservible (a nivel emocional) pero TIENE TODO EL SENTIDO. Fíjate, igual nuestros deseos insaciables estos días de ordenar y limpiarlo todo tengan que ver con eso, y en este caso, qué enorme sabiduría innata se oculta dentro de nosotros. 🙂

      Es verdad que, a veces, nos ponemos a ordenar/limpiar/sacar al perro para evitar una tarea difícil que no nos apetece afrontar (por miedo al fracaso, generalmente). Este es un caso diferente al que comento en el artículo, y creo que en esta ocasión no resulta tan útil ordenarlo todo, lo verdaderamente importante es empezar a hacer despacito esa tarea que nos da tanta pereza o miedo.

      En cualquier caso, reivindico la importancia de tener algunos días «apáticos» al mes, y pasarlos haciendo tareas entretenidas, útiles y placenteras.

      Un abrazo!

  3. Hola, Amparo! No sabes cómo me viene este post justo esta semana: al pelo! Ves la foto del gatito de arriba? Pues le pones una melena morena y soy yo. La vuelta al trabajo después de las vacaciones ha sido agotadora: apatía, sin ganas de hacer nada más que salir del curro y refugiarme en el sofá. Y lo peor es lo mal que una se siente cuando adopta esta actitud (que en ese momento te parece interminable). Sin ganas de hacer footing, o de estudiar, o de limpiar la casa, ni tan siquiera de salir con las amigas. En fin, confío en que esto sea sólo un acto de coger impulso para la semana próxima empezar con más ganas. Me apunto tu frase de «Respetemos nuestros ritmos». Feliz fin de semana!

    • Amparo Millán Responde

      Yo también he sido ese gatito con melena más de una vez! 🙂

      Como bien dices, no hay nada dramático en pasar unos días un poco apáticos si, además, estás haciendo ya algo útil como es trabajar. Las etapas de descanso vienen bien para recuperarse y coger impulso. Yo únicamente propongo en el artículo que podemos hacer cosas más fáciles y provechosas en ciertos momentos que estar en el sofá, pero que si es esto lo único-único que nos apetece, tendremos que respetarnos.

      Gracias por comentar y bienvenida a la página!

  4. me parto con la foto del gato 😉 a mi me encanta ordenar la casa y vencer la pereza con buena música ambiente que me relaje tipo soul, cuando consigue animarme me lanzo con el rock y acabo con la música disco y si me apuras hasta salgo de casa a tomar algo (algo totalmente impensable a primera hora del sábado)!! gracias por dedicarnos estos minutitos de lectura, un saludo a todos

    • Amparo Millán Responde

      La verdad es que escuchar buena música también puede ser una actividad muy apropiada para estos días poco productivos, y además eleva el ánimo, ¡buena sugerencia!

    • Amparo Millán Responde

      Muchas gracias Lou 🙂
      ¡Un placer tenerte por aquí!

  5. ¡Somos unas cuantas entonces! Yo siempre me siento así después de la navidad o de las vacaciones, sean en la época que sean (y también el día grande de mi menstruación 😉

    Lo de leer, escribir, ordenar y ver pelis es lo que más me pide el cuerpo en esos días. Y las dos primeras, si me entrego a ellas desde mi terraza o frente al mar, mejor que mejor.

    ¡Qué saludable poder respetar esos ritmos nuestros que tú mencionas, Amparo, y darnos permiso cuando podemos!

    Me encantó el artículo. Gracias y enhorabuena 🙂

    • Amparo Millán Responde

      Bueno Gloria lo de leer y escribir en una terraza frente al mar no tiene comparación con nada, no me digas eso que me pones los dientes largosss 🙂

      Respetar los ritmos en un mundo sujeto a horarios y fechas de entrega es bastante complicado… Pero siempre se puede hacer algo, postergar una tarea no muy urgente para otro día, desconectar el módem y ponerse a ordenar 😉

      Gracias por comentar y un fuerte abrazo!

  6. Me ha encantado el artículo porque nos haces ver esos días en los que tenemos menos ganas y estamos apáticos como algo normal. No somos seres lineales y a veces necesitamos espacio y tiempo para parar, para hacer otras cosas o simplemente nada.

    • Amparo Millán Responde

      Hola Carie,

      Gracias por pasarte por aquí y comentar. No es normal estar apático la mayor parte de nuestros días (eso sí es un problema) pero sí unas cuantas veces al mes. No somos seres lineales, y mucho menos las mujeres con nuestra naturaleza hormonal cíclica, así que tenemos que reconocer y respetar todos nuestros ritmos.

  7. Hola. Es la primera vez que vengo a tu blog. Me ha parecido un post basante interesante, aunque en mis días de bajón prefiero leer,escribir o escuchar algo de música tranquila antes que ordenar. Eso sí que me produce pereza jajajaja. Aunque mi último hobby es genial para vencer la desidia: el punto! !!
    Saludos y enhorabuena

    • Amparo Millán Responde

      Hola Gala, bienvenida al blog y muchas gracias por comentar 🙂

      El punto, ¡qué gran actividad creativa! Yo no he hecho nunca, pero me consta que las personas que empiezan se vuelven adictas 😉 Respecto a lo de ordenar, es verdad que a veces da mucha pereza, pero yo creo que es una de las mejores cosas que podemos hacer en uno de esos momentos de procrastinación o de bloqueo. El orden exterior nos da claridad interior, curiosamente.

  8. Hola Amparo!
    Uno de mis propósitos para este año es recortar de mi vocabulario la palabra pereza… (Esperemos que también de mi vida jajaja)
    Por ahora lo voy cumpliendo pero tus consejos me serán de gran ayuda dentro de 2-3 semanas que creo que acabaré con toda mi energía vital de tanta actividad 🙂
    Un saludo y como siempre un placer leerte

    • Amparo Millán Responde

      Hola de nuevo, Eme! 🙂

      Efectivamente, ese derroche de actividad y energía requerirá después unos días si no «de descanso total» sí de bajar el ritmo y la concentración. Y para esos días siempre será mejor ordenar, redecorar la casa o hacer balance del año que tumbarse en el sofá con el ordenador y leer un post tras otro.

      Eso sí, ahora mismo disfruta a tope de esos días de máxima actividad y energía, ¡hay que aprovecharlos cuando se dan!

      Un abrazo.

  9. Muchas gracias Amparo por este comentario tan clarificador. Me creía única en este asunto de apatía y, por lo tanto rara, enferma física, psíquica y culpable. Mi salud física es muy frágil, ello me desanima y caigo en la apatía ; donde mejor me encuentro es tumbada en el sofá. Sí que los días buenos son de mucho rendimiento y mi energía se desinfla ¡agotada! ¡Vuelta al sofá!
    Muchas gracias, no había entrado nunca en un Blog tan claro y agradezco tu claridad y tu interés en ayudar. Expresas todo de manera que me encuentro reflejada, corresponde a mi realidad; entro, algo así, como en «el círculo o grupo de los apáticos…» Edu

    • Amparo Millán Responde

      Edur, me parece tan curioso que te sintieras única en esto… Te aseguro que más de la mitad de las personas tienen largas temporadas apáticas al menos alguna vez en la vida, y días sueltos casi todo el mundo. Me alegro mucho que te haya resultado clarificador este artículo y, por lo que dices de la culpa, creo que otro que te podría ayudar es este: Cómo ser compasivo con uno mismo
      Un abrazo!

  10. Pingback: Qué hacer cuando te sientes apático y/o disperso – Coaching personal | LUZ EN AGORA

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