El desarrollo personal está de moda.  Existen miles de libros y artículos de autoayuda, de liderazgo, de psicología práctica, de terapias alternativas, de excelencia personal… Quien más y quien menos conoce hoy día conceptos como gestión emocional, valores, miedos o procrastinación.

Esto es porque las personas somos cada vez más conscientes de que queremos mejorar, ser más felices y vivir con menos estrés. Cada vez más, las personas nos preguntamos ¿qué hago en este mundo? y nos proponemos ciertas metas.

Con esta inquietud personal de mejorar y buscar la felicidad, nos lanzamos a la búsqueda de información. Así, leemos cientos de páginas de Internet, artículos en facebook, libros que nos han recomendado, miramos vídeos, escuchamos audios motivadores. La falta de información no es un problema, es más, la información hoy día es casi infinita…

Cuando hablo con mis clientes, personas muy interesadas en su propio desarrollo personal, descubro que en muchos casos ellos ya saben lo que deberían hacer, y sin embargo, les cuesta mucho hacerlo.

Por ejemplo, todos sabemos que es mejor organizarse y hacer las cosas con anticipación que dejarlas para el último momento, y sin embargo seguimos cayendo en este comportamiento.

También hemos oído cientos de veces aquéllo de «si tú quieres, y perseveras, puedes conseguirlo«, o eso de «ocúpate de tus problemas en lugar de pre-ocuparte por ellos«, o esa frase sugerente que dice «las crisis guardan bellas oportunidades» pero aunque sabemos que es cierto, esto sólo no nos hace cambiar.

La pregunta, por tanto, es:

Si sabemos cómo hacerlo, ¿por qué no lo hacemos?

 

¿Por qué no conseguimos aquello que nos hemos propuesto -la felicidad, la eliminación de los pensamientos negativos, más productividad, mejores relaciones con los demás- a pesar de haber leído tanto sobre ello, y haber hablado con tantas personas?

Mi respuesta es la siguiente: porque una cosa es saber, y conocer, y analizar, y otra cosa muy distinta es ACTUAR.

Obviamente, antes de hacer algo, necesitamos de una base que es SABER, buscar información, planificar, pero después tenemos que pasar a la acción, no hay más remedio. Yo os propongo seguir estos dos pasos :

1. En primer lugar, crear nuestra estrategia, plan, hoja de ruta  o como lo queramos llamar. Me paro y pienso: ¿Qué quiero conseguir? ¿Qué cosas concretas puedo hacer? ¿Qué recursos tengo y qué me falta? ¿Quién me podría ayudar? Y lo más importante de todo ¿Cuándo voy a hacer cada una de las cosas que he descrito?

2. En segundo lugar, después de haber acotado nuestro plan de acción, necesitamos un COMPROMISO firme. Tenemos que comprometernos a empezar un día determinado con nuestro plan, a registrar nuestros progresos (por ejemplo, redactando nuestros avances una vez a la semana, una vez al mes…) y a no sucumbir cuando las cosas empiecen a ponerse difíciles.

 

Sin un plan de acción concreto y sin el compromiso firme con nosotros mismos de llevarlo a cabo, los sueños se quedan en eso, en sueños, en fantasías.

Ahora piensa un momento en algo que te gustaría lograr desde hace tiempo. ¿Te lo has propuesto en serio? ¿Estás haciendo HOY, aquí y ahora, algo para encaminarte hacia esa meta? ¿O te has estancado en la fase de búsqueda de información? ¿O… hay algo más profundo y más indefinido (y a lo que yo llamo resistencias),  que te impide moverte?

 

En conclusión, las ideas y los sueños son magníficos, son el motor de las grandes revoluciones. Pero al final, es el COMPORTAMIENTO, pequeñito y mantenido en el tiempo, el que conduce a los grandes cambios. Tan sencillo y tan complejo como eso.

 


 

Créditos de imagen: via Ronna-Keller, Devianart

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5 Comentarios

  1. La afirmación de que sabemos hacerlo es algo engañosa, en realidad no lo sabemos, nos empeñamos en afirmar que sí, pero no lo sabemos! y a veces la falta de humildad no nos deja pedir ayuda o no sabemos aceptar una crítica que puede resultar muy constructiva. Conocerse a sí mismo es una tarea difícil que puede resultar muy dura y preferimos vivir en la comodidad o en la ignorancia, o lo que es peor, amoldarnos a lo convencional. De la teoría a la práctica hay un trecho grande y con pequeños cambios se mueven montañas; empezar con una creencia, trabajarla y mantenerla es un pequeño comienzo que nos puede aportar felicidad y ese estado, a conocer por fin, algo más de nosotros. Abogo por los pequeños cambios Amparo! Un saludo

    • Amparo Millán Responde

      Hola Anto,

      Gracias por comentar! Como bien dices, en ciertos momentos lo mejor y lo más sabio es PEDIR AYUDA. Como resalto en mi página de servicios «no tienes por qué hacerlo sola si no está dando resultados«.

      En este post me refiero a esas veces en que sabemos la ESTRATEGIA que tenemos que seguir (por ejemplo, estudiar todas las tardes para aprobar el examen final, haciendo resúmenes y preguntando nuestras dudas al profesor), nos hemos planificado día a día, tenemos los materiales y los recursos y… luego llega el día y no lo hacemos. Pasamos el tiempo en facebook, por ejemplo. En estos casos, se aprecia muy bien la diferencia entre saber lo que tenemos que hacer, y hacerlo.

      Para conocerse a uno mismo, como te refieres en tu comentario, la paciencia es clave. Vivimos con un estado de desconexión de nosotros mismos histórico, y empleando mecanismos de supervivencia que hace años dejaron de funcionar, y cambiar estas estrategias requiere tiempo, y paciencia. Como tú dices, ir poco a poco trabajando nuestras creencias negativas y conocer lo bueno y lo malo de nosotros es un comienzo excelente, ¡ánimo por este camino!

      Un saludo.

  2. Lo importante es tener a un profesional que consiga ordenar tu mente y que te proponga materializar esos pensamientos a través de objetivos sencillos. Y en eso Amparo, vales muchísimo. Espero que puedas ayudar a mucha gente porque sabes llegar a donde muchos se quedan en la búsqueda de información. Un saludo

    • Amparo Millán Responde

      Muchas gracias por tus palabras, María. 🙂

      Efectivamente, ORDENAR los pensamientos es mucho, mucho más importante de lo que parece, y después, claro está, proponerse acciones sencillas y concretas y CUMPLIRLAS es la segunda parte del camino. Un buen coach debe ser hábil en estimular que la persona haga esto por sí misma.

      ¡Aquí me tienes para cuando quieras continuar!

      Un fuerte abrazo.

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