¿Sientes PÁNICO y AGOBIO a la hora de afrontar las decisiones?
Bienvenid@, pasa y ponte cómod@ porque este tema de tomar buenas decisiones es una de las cuestiones que más nos preocupa a los seres humanos.
Y no es para menos, sabemos que nuestra vida se compone de todas esas pequeñas y grandes decisiones que tomamos.
Soy Amparo Millán, escritora y coach personal, y este tema de qué y cómo elegir con autenticidad y sabiduría es uno de los motivos de consulta más recurrente que he tenido en estos años.
Puedo resumir mi experiencia personal y profesional de la siguiente manera: la mayoría de la gente (y antes yo también) vive con tensión y miedo a equivocarse los procesos de toma de decisiones.
A veces este miedo a «elegir el camino incorrecto» es tan grande que perdemos el sueño, hacemos un análisis tan exhaustivo de las opciones que, en vez de tomar claridad, nos confundimos aún más, o nos quedamos totalmente paralizados y sin tomar ninguna decisión porque la angustia de equivocarnos en demasiado fuerte.
Aunque, bueno, como en realidad no es posible «no decidir», a veces acabamos eligiendo caminos a la desesperada, a última hora o desde la inconsciencia total (por ejemplo, si quieres cambiar de casa pero no haces nada, porque no encuentras la adecuada para ti, en realidad estás eligiendo QUEDARTE DONDE ESTÁS).
En mi caso particular, todavía recuerdo lo angustiada y lo abrumada que me sentí ante la primera «gran decisión» de mi vida, que fue qué estudiar una vez acabara el instituto. Recuerdo que estuve años atormentándome con este tema, y cuando al final elegí lo que quería estudiar (Ciencias Ambientales), lo hice con esa inseguridad de no saber si estaba eligiendo la mejor opción.
También fue para mí una decisión muy importante, y le di muchas vueltas en mi mente, el emprender con este proyecto de coaching y abandonar mi trabajo de profesora de biología y geología.
Otra decisión que estuve madurando años fue la de dejar la ciudad en la que vivía para, junto con mi marido, establecernos en una ciudad junto al mar, algo que había sido mi sueño casi desde adolescente «vivir junto al mar». Al final nos liamos la manta a la cabeza, como se suele decir, nos mudamos a vivir a Dénia (una ciudad en España junto al mar Mediterráneo) allí nació nuestro hijo y años después elegimos volver a nuestra provincia natal.
En fin, cuando repaso mi vida, tengo que reconocer que en líneas generales soy una persona decidida. Me ha podido más explorar la opción que me pedía el cuerpo que quedarme en el arrepentimiento, pero aún así, hasta hace unos años, cuando elegía un camino me quedaba la espinita de si no habría sido mejor la otra opción, y no podía evitar caer en fabulaciones del tipo “qué habría pasado si hubiera elegido otra cosa”.
¿Sabes cuándo cambió todo y pude liberarme de todo ese estrés, este sobreanálisis y ese pavor a equivocarnos que acompaña a las decisiones?
Pues cuando pude ver con claridad, e integrar en mi mente y mi corazón, la idea fundamental de que no hay UN ÚNICO mejor camino, sino que hay MUCHOS buenos caminos, y que la clave para vivir a gusto con lo que elegimos está en hacer este proceso de una manera determinada.
Digamos que estas ideas las fui descubriendo y ordenando de manera espontánea conforme tomaba mis propias decisiones y, como coach, acompañaba a otras personas a tomar las suyas, y las plasmé en mi primer libro: «Cómo tomar decisiones difíciles: una guía para avanzar en la vida con determinación y sin arrepentirse del camino escogido«
Al final de este artículo voy a listarte los puntos donde lo puedes comprar, por si quieres leerlo, y a continuación te dejo con una especie de «destilado» en forma de siete ideas para tomar buenas decisiones: desde la calma, la razón y la ilusión.
Cuando aprendes a enfrentarte a una disyuntiva en tu vida de esta manera (sea qué estudiar, si cambiar o no de trabajo, finalizar o no tu relación de pareja, tener o no hijos, mudarte a otro lugar o las posibilidades de invertir tu tiempo y dinero) descubres que no hay presión, no hay agobio y que lo más importante es disfrutar y exprimir la experiencia en cada momento.
Después de esta introducción, vamos a meternos de lleno en el tema:
7 claves para tomar buenas decisiones:
1. A qué llamo «decisiones difíciles» frente a las pequeñas decisiones que conforman nuestra vida
Seguro que has oído esa afirmación de que «la vida que tenemos está compuesta de cientos de pequeñas decisiones».
No le quito importancia a esta afirmación: desde lo que desayunas por la mañana, a cómo te vistes, si vas andando o en coche o cuáles son los entornos en los que pasas la mayor parte de tu tiempo, todas esas decisiones influyen enormemente en el futuro que creas.
Por eso, ser constantes en aquellos cambios que sabemos que nos llevarían a una vida más plena de aquí a un año es esencial.
Sin embargo, en este artículo, y en el libro «Cómo tomar decisiones difíciles», no me centro en estos pequeños hábitos que modifican la vida poco a poco, sino en esas elecciones que suponen un punto y aparte, un cambio radical en la vida de la persona y en las que, además, no hay una clara alternativa ganadora. ¡Si no, la decisión sería fácil!
Por ejemplo, una decisión difícil podría ser seguir con una pareja o abandonar la relación, cuando ambas opciones entrañan dolor. También es una decisión difícil elegir entre dos trabajos, cuando ambos tienen ventajas e inconvenientes por igual. E igualmente es una opción difícil elegir qué carrera estudiar en la universidad ¡si nos gustan cinco, pero hemos de matricularnos sólo en una!
En definitiva, en una decisión difícil lo que nos paraliza es que no hay una alternativa ideal en el que todas las consecuencias sean positivas. Hay un precio que pagar por cada camino que decidimos tomar, y esto es lo que nos introduce en el bucle de miedo al error y sobreanálisis.
2. Los errores nos permiten aprender, pero no tenemos por qué repetirlos indefinidamente.
Hoy en día, en este
2:45: Al respecto de si las malas decisiones sirven para aprender, estoy muy de acuerdo en que de los errores podemos extraer valiosos aprendizajes, pero también opino que no es saludable o confortable tropezar tres veces en la misma piedra.
De ahí que el hecho de tomar BUENAS decisiones (de las que no nos arrepentimos, que transitamos con cierta calma y conciencia) me parezca clave.
Porque lo cierto es que no sólo se aprende de los fracasos, también se aprende de las buenas decisiones (eso que hicimos bien lo podemos replicar para otras ocasiones), y éstas hacen más fácil nuestro destino.
3. Sobre el cambio de paradigma de que no hay un «mejor» camino, cualquier camino puede ser bueno si sabemos transitarlo.
Min. 3:30: Me pregunta Carlos Amador: ¿Cómo saber qué camino elegir, por ejemplo al respecto de dejar o no un trabajo o una relación de pareja?
Bien, en este punto yo quiero dar un cambio completo de paradigma y quiero que nos salgamos de ese modo de pensar en que hay una decisión mejor que otra. Y ese «mejor» puede implicar que voy a sufrir menos o llevar una vida más agradable si me decanto por una determinada alternativa.
Este enfoque me parece limitante porque algo que he aprendido y que comparto en este libro es que la felicidad que uno tiene o la autorrealización no depende tanto de qué hago sino de cómo lo hago.
Entonces, por ejemplo, yo puedo tomar la decisión de dejar a mi pareja y ser muy infeliz (porque lo echo de menos, porque ahora empiezo a valorar lo que teníamos, etc.) y podía haber tomado la decisión de no hacerlo y ser también infeliz (porque me sentía atrapado en una situación que no me gusta del todo, por creer que pierdo oportunidades y me cierro a mi verdadero amor, etc.).
4. Qué son las malas decisiones, un punto clave para entender que las buenas decisiones son lo contrario
Min. 4:30 Desde mi punto de vista, las malas decisiones se caracterizan por dos cosas:
- La primera es que uno no está presente o comprometido en lo que hace (es decir, toma una decisión pero no deja de acordarse de la alternativa contraria). Yo a esto le llamo «vivir en el limbo»: estar viviendo una vida pero que la cabeza esté pensando en otra, de modo que nunca nos comprometemos realmente con lo que tenemos entre manos.
- En segundo lugar, una mala decisión es inconsciente y no asumimos lo que va a suponer, generalmente no asumimos los costes negativos. Por ejemplo, si me mudo de trabajo a otro país tengo que asumir el cambio cultural, la separación de mis familiares y amigos, no sólo pensar en lo que gano: aventura, más sueldo, experiencias, etc.
5. Y ahora sí, ¿qué son las buenas decisiones?
7:50: Para tomar buenas decisiones sólo hay un paso y es que el camino que elijas lo hagas con conciencia, y que asumas lo que va a venir, lo positivo y lo negativo.
Cuando tomas una decisión tomando en cuenta estos aspectos nunca te vas a arrepentir porque ya «sabes a lo que vas», estás preparado para lo que podía pasar y, en el mejor de los casos, has tomado medidas para que el impacto de las consecuencias negativas sea menor.
6. ¿Y si me queda cierta nostalgia de no haber tomado la decisión contraria?
Min. 8:28: Algo que para mí es importante cuando nos quedamos con cierta nostalgia tras haber rechazado una opción (por ejemplo, una mudanza a otro lugar) es pensar de qué modo puedo incorporar en mi vida lo que me traía esta decisión.
Tal vez rechacé un cambio de trabajo a otro lugar exótico, porque no quería dejar mi vida actual, pero si esta alternativa despertó mi interés y me planteé hacerlo es porque mi estilo de vida está pidiendo aventuras, cambios, un poco de exotismo, ¿qué puedo hacer para proporcionármelo?
7. Qué hacer cuando me gustan todas las opciones disponibles y no me quiero perder nada (¡lo elegiría todo!)
Min. 9:15 ¿Qué hacer cuando todas las opciones que se nos presentan (el plan A, el plan B, el plan C) nos parecen atractivas y lo difícil es quedarse con una y descartar el resto? ¿Cómo elegir la «mejor opción» de entre una serie de buenas opciones?
Aquí también propongo un cambio de chip porque solemos pensar que de todos los caminos, siempre hay uno mejor que el resto y tenemos que discernir cuál es, en vez de pensar: qué bueno que todas las opciones sean maravillosas, elija la que elija me va a ir bien y voy a ser feliz.
Es como si nos estuviéramos fijando más en lo que nos va a faltar que en toda las bendiciones que se nos brindan.
Esto tiene su origen en una forma de ver la vida en la que tenemos que tenerlo TODO o muchas cosas para alcanzar la felicidad. Sin embargo, cuando verdaderamente estamos en una realidad que nos gusta y estamos comprometidos con ella, no necesitamos nada más.
No necesitamos vivir diez experiencias interesantes diferentes, sino poner nuestro cinco sentidos en la experiencia interesante que justo se nos está brindando.
Min. 1:14 Por otro lado, en estos casos, cuando hay muchos caminos favorables, yo también planteo la pregunta de si se puede compatibilizar más de una opción, porque generalmente se puede. Si me gustan tres trabajos, tal vez puedo quedarme con dos, cada uno a media jornada, y el otro que me encantó dejarlo como posibilidad abierta para el futuro.
8. Poniéndolo en claro: ¿qué hacer para tomar buenas decisiones sin temor?
11:50 ¿Cómo nos podemos quitar ese miedo de elegir mal? Para empezar, a veces hay que darnos tiempos y tomar una decisión desde la calma. Y en segundo lugar sabiendo que cualquier decisión consciente es buena. Cuando estoy convencido de por qué hago algo, de qué ventajas y desventajas me trae, me siento seguro ante esa elección, no me puedo llegar a arrepentir.
Por lo tanto ese miedo a elegir mal se desvanece si nos damos tiempo para pensar en nuestras opciones y sus consecuencias, desde la calma y no desde la ansiedad. Eligiendo con plena conciencia de por qué haces lo que haces, qué ventajas/desventajas y asumiéndolo.
9. Sobre si pedir consejo o no a los demás ante nuestras disyuntivas.
Min. 15:00 ¿Hasta qué punto es válido o aconsejable que los demás nos ayuden a tomar una decisión? Bien, comencemos diciendo lo que NO nos ayuda que es que nos digan «haz esto» o «haz lo otro»; lo que sí nos podría resultar útil son todas aquellas ideas que aumenten nuestro conocimiento sobre lo que va a deparar esta decisión.
Escribí un poquito sobre cómo dar y recibir buenos consejos en este post.
10. Como conclusión: como tomar buenas decisiones en momentos difíciles
Min 18:00 Mi objetivo con este libro no es enseñar a tomar decisiones rápidas o que el proceso sea «fácil», sino hacerlo con calma, sin presión, desde el ánimo relajado de saber que todo va a ir bien.
Min 22:00 Dos frases para concluir con la entrevista:
Una vida que merezca la pena ser vivida es, ante todo, una vida en la que estamos presentes, en la que nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra alma están comprometidos con la realidad que nos rodea.
Recuerda para qué estamos en esta vida, para amar, para gozar, para aprender, para sortear dificultades, para caer y levantarnos, para ayudar a los demás, porque la realización no depende tanto de qué hagamos sino de cómo lo hagamos.
11. Dónde se puede comprar el libro
«Cómo tomar decisiones difíciles» está disponible en papel en México y en España, y en versión digital para todo el mundo. Si quieres adquirir el libro puedes hacerlo desde aquí:
Si vives en ESPAÑA
Comprar en librería online Agapea.com
Si vives en MÉXICO
Comprar en librerías El Sótano
Espero sinceramente que, a raíz de este enfoque, puedas comenzar a decidir con más determinación y sin miedo, sintiendo incluso excitación ante lo que está por venir.
Sí, es posible, y en el libro te muestro el camino.
2 Comentarios
Pingback: ¿De qué depende la felicidad? La respuesta que necesitas saber – Bettyelane
Muchas gracias por tus consejos, la verdad que me han servido de mucha ayuda.