Que «las crisis traen oportunidades» es una frase bastante trillada, en ocasiones utilizada para justificar lo injustificable: por ejemplo, despedir a alguien por una mala gestión de la empresa para luego decirle: «bueno, en realidad te hago un favor, se abre un mundo de nuevas posibilidades ante ti».

No obstante, es una verdad incuestionable que todas las crisis, si queremos y nos lo planteamos así, nos hacen crecer y madurar. De hecho, cuántas veces las enseñanzas que nos trae el haber superado una situación difícil no se hubieran producido de no haberse dado esta situación…

Visto así, cualquier problema o dificultad en nuestra vida, ya sea que nos da miedo hablar en público, un divorcio, un período económico difícil, un bloqueo en un proyecto personal o un accidente que nos deja en la cama durante un mes, podemos considerarlo como un contratiempo a eliminar lo más rápido posible o… el inicio de nuestra misión personal.

Misión personal…

Qué bien suena ¿no? Qué excitante. 🙂

 

Todo héroe necesita una misión que cumplir

Cualquier ciudadano corriente, para convertirse en héroe, necesita experimentar lo que metafóricamente se conoce como «la llamada».

Esa llamada es un problema, que en principio maldecimos y nos preocupa, sin el cual ninguno de nosotros tendríamos estímulo para dejar nuestra vida cómoda (que no ideal) o hacer algún cambio significativo.

Ese problema es el que da comienzo al «camino del héroe«, el trasfondo que hay detrás de los mitos de la antigüedad y que se reproduce en miles de películas y obras literarias.

Por citar una, pensemos en «El señor de los anillos» en el que toda la trama se desarrolla alrededor del viaje exterior e interior del hobbit Frodo Bolsón, que se embarga en una misión llena de riesgos, retos y personajes de toda calaña, de cuyo resultado depende el futuro de toda la Tierra Media.

Resulta que un héroe es alguien que vivía tranquila y apaciblemente en su comunidad hasta que un problema inesperado le arrancó de su rutina y le obligó a seguir un camino repleto de obstáculos y peligros, pero que aguarda al final una gran recompensa.

El héroe, por definición, no tiene opción ni se plantea NO seguir esa misión que le ha sido encomendada. Sabe que no le queda más remedio que hacer el camino. Durante su travesía forzosa ha de aprender a utilizar toda su inteligencia, su fuerza, su astucia y su bondad, cualidades que o bien posee de antemano o irá aprendiendo durante el camino, a veces de forma poco agradable.

Al final, cuando el héroe ha madurado lo suficiente y ha aprendido todo lo que debía en ese momento, recibe su recompensa (el tesoro, la princesa del castillo, sabiduría, el elixir de la eterna juventud) y regresa a casa con un regalo para el resto de la comunidad.

Siguiendo esta metáfora del viaje del héroe, me pregunto…

 

¿Cómo sería nuestra vida si nos enfrentáramos a nuestros problemas como el héroe a su destino?

 

Sin decir que no, con decisión, con coraje, considerando nuestro camino como una aventura (dolorosa, pero aventura al fin y al cabo) aprendiendo de cada experiencia, entendiendo que al final siempre hay una recompensa, para nosotros y para los demás.

Coaching: ver los problemas como retos y oportunidades
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Visto así, lo que parece un desperdicio es que atravesemos las dificultades de nuestra vida con ceguera, intentando solucionarlas cuanto antes, sin pararnos a pensar qué nos trae este problema y qué cambios nos pide.

Por ejemplo, pensemos en alguien que tiene ataques de ansiedad y sólo piensa en que se le pasen lo antes posible, y se enreda en una espiral de medicación, quejas, temores y aplicación de técnicas varias sin mucho criterio ni profundidad. Evidentemente, llegará un día en que los síntomas remitirán (alguna de las técnicas o de la medicación surtirá efecto) pero si esa persona no ha aprendido nada de sí misma, no ha encontrado nuevos recursos que no sabía que tenía, no ha hecho cambios sustanciales en su modo de vida ¿de qué le ha servido todo ese sufrimiento? De nada. Un sufrimiento en vano, estéril.

Para que el sufrimiento tenga un sentido, hay que comprometerse a aceptar la llamada. Es decir, hemos de entender ese problema como nuestra misión personal, y estar dispuestos a recorrer el camino que se nos presenta.

Lo curioso del camino del héroe es que mientras lo hacemos y llegamos al final el problema original va perdiendo importancia… Da igual que tu crisis vital se haya producido por una ruptura amorosa, un mal ambiente en el trabajo, problemas de fertilidad, desavenencias familiares, insatisfacción por no encontrar tu vocación o adicción a las redes sociales. Tampoco importa mucho si al final resuelves este problema concreto que actuó como «disparador» o no.

Lo realmente importante es que te enfrentes  a los pequeños retos que vas encontrando por el camino, consiguiendo al final mayor madurez y conocimiento de ti mismo. Casi nada…

 

Reconoce al héroe que llevas dentro

Cómo cambiaría nuestra vida si, en vez de considerarnos unas pobres víctimas de las circunstancias, ahogadas por la culpabilidad de no poder encarar una situación, nos viéramos como HÉROES que han elegido enfrentar su destino.

Cómo cambiaría nuestra vida si confiásemos, con os ojos cerrados, en que al final de cualquier crisis vital, vivida con conciencia (en vez de escapar de ella) aguardan los grandes tesoros.

Qué bonito sería plantear los problemas como desafíos que tenemos que superar ayudados por nuestra inteligencia y nuestras facultades dormidas.

Ahora párate un momento y piensa: ¿cómo encaras los reveses y los sufrimientos varios? ¿Los consideras como una llamada para explorar lo desconocido? ¿Eres consciente de que, si no te resistes a recorrer el camino del héroe, acabarás desarrollando recursos útiles para tu vida, que tal vez no habrías descubierto si no hubieras tenido ese problema?

Ver tu proceso vital como un viaje que, después de mil calamidades, acabará bien (el final siempre es dulce para los héroes) puede ser una luz en medio de la oscuridad que estás atravesando.

Igualmente, ver los problemas como una invitación a ser heroico y demostrarte a ti mismo de lo que eres capaz, en vez de como una carga, podría ser un planteamiento que te lleve a levantarte los lunes con alegría e ilusión.

Está tu mano atender a esa llamada que viene en forma de dificultad. Si quieres, puedes dejar de ser el personaje soso y aburrido que ve la vida pasar sin buscarse complicaciones para convertirte en el guerrero noble, tierno y valeroso que protagoniza cualquier aventura.

Visto así, ¿eliges seguir el camino del héroe?

 


Créditos de la imagen: Superman de los 80 de Hobbyconsolas.com

 

 

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16 Comentarios

    • Ame este articulo Amparo. Abriste un nuevo camino para encarar la vida en adelante. Te lo agradezco mucho.

  1. karla madrid gallegos Responde

    Gracias Amparo Millán , la verdad es q cada vez que leo tus correos son son tan asertivps a los que nos esta pasando día a día
    Yo personalmente soy una persona que cree mucho en Dios y siempre le estoy pidiendo respuestas sobre lo q me esta pasando y siempre llegan tus correos y de una o otra manera siento que son las respuestas q voy necesitando según lo que estoy viviendo
    Muy agradecida de tus valiosos mail q me han ayudado muchísimo
    Mucha gracias Amparo Millán 🙂

    • Amparo Millán Responde

      Querida Karla,

      Muchas gracias por tu amable comentario. Me gusta mucho la forma en que enfocas mis correos: como respuestas que estabas necesitando. Precisamente es mi intención al escribir estos artículos, no dar consejos, no proponer una serie de pasos que solucionarán tu vida, sino plantear preguntas y posibles problemas comunes y animaros a que encontréis vuestras propias respuestas.

      Un abrazo y espero verte de nuevo por aquí!

      Amparo.

  2. Me encanta darle la vuelta a la tortilla, aunque a veces es difícil.. Hay momentos en que te has dejado llevar y cuando te vas a dar cuenta estas sumida en el drama de tu vida. Por suerte no es tan difícil dar un pequeño paso atrás y virar un poco para ver las cosas de otra forma…
    Esta es mi frase favorita: «Para que el sufrimiento tenga un sentido, hay que comprometerse a aceptar la llamada»
    Gracias por este post

    • Amparo Millán Responde

      Bienvenida al blog, Amelia, y muchas gracias por tu comentario,

      Le he echado un vistazo a tu web y me han gustado mucho tus artículos, así que a partir de ahora me pasaré por allí 🙂

      Efectivamente, tal y como comentas dejarte llevar (sin conciencia) puede conducirte a un drama tremendo del que no sepas muy bien cómo salir… En ese momento puedes hacer dos cosas: seguir luchando sin estrategia ni dirección para salir del sufrimiento y sin pararte a pensar cómo has llegado ahí, o bien «aceptar la llamada» y ver un sentido a esa crisis y esa situación concreta.

      Abrazos y hasta pronto!

      • ¡Hola Amparo!

        Gracias a ti por pasarte por el blog 🙂

        Me encanta la idea de transformar la adversidad en oportunidad. Pasas de estado de alerta a creatividad y la sensación es incomparable.

        Un abrazo!

  3. El superhéroe suele salir en situaciones extremas; cuando un deportista juega su partido, en los últimos minutos y viendo que no consigue su objetivo, se exprime al máximo y lo da todo. Es cuestión tal vez de Adrenalina… si hubiese trabajado así durante todo su ejercicio igual habría conseguido su objetivo sin tanto sufrimiento, pero le ha salido el superhéroe que todos llevamos dentro, cuando llegaba a un límite. En ese momento experimentamos amor propio, fuerza, orgullo,… y un montón de sensaciones muy satisfactorias. Amparo se podría conseguir llegar a eso sin tener que tensar tanto la cuerda? un poquito de superhéroe todos los días? sería maravilloso. Un fuerte saludo a todos!

    • Amparo Millán Responde

      Querida Anto,

      Preguntas ¿se podría conseguir ser un poquito superhéroe todos los días, sin que tengan que ocurrir grandes crisis? Por supuesto que sí. De hecho en el artículo yo no hablo de ser un «superhéroe» que consigue grandes cosas, sino de seguir el camino del héroe, que es un viaje más interior que exterior. En este viaje el objetivo es conocernos más, ir resolviendo nuestros problemas y contradicciones y dar lo mejor de nosotros al mundo. Este camino se empieza mucho mejor cuando estamos más o menos estables que cuando estamos inmersos en una crisis brutal, donde lo primero que necesitamos es repararnos un poco.

      Seguir el camino del héroe no significa siempre exprimirse al máximo (para personas muy pasivas está claro que sí, para personas muy activas suele ser mejor parar un poco) sino ver un sentido en aquéllo negativo que nos ha pasado, pensar QUÉ NOS PIDE este acontecimiento, y estar dispuesto a enfrentarnos con los aspectos que menos nos gustan de nosotros mismos. Como casi nunca tenemos tiempo para esto, a veces es una crisis la que nos pone forzosamente en el camino, pero qué bueno sería no esperar a esta crisis, sino decidir conscientemente «partir» ahora mismo. Decir: «venga, voy a aceptar la llamada, voy a ver quién soy, cómo origino los problemas que me agobian y qué puedo empezar a a hacer para ser la persona que quiero ser».

      Un fuerte abrazo!

  4. Me parece muy interesante este post de cómo dejar el victimismo y afrontar los problemas de un modo más valiente. Creo que el mayor inconveniente es que tapamos los verdaderos problemas con cosas más superfluas y por eso normalmente solemos solucionar esto último. Como el ejemplo que has puesto de las personas que compran compulsivamente, muchas veces dejan de comprar tanto (normalmente porque tienen menos dinero), pasan «el mono» y ya dan por solucionado el problema, sin haberse parado a pensar en lo importante.

    • Amparo Millán Responde

      Es justo como dices, Leticia.
      Generalmente un problema «menor» (por ejemplo, comprar compulsivamente, o perder mucho el tiempo en Internet) oculta un problema mayor y más general (baja autoestima, falta de amistades verdaderas, vacío existencial, desconocimiento de uno mismo…). No obstante, podemos elegir empezar nuestro camino del héroe a partir de esta dificultad «menor». Cuando uno se propone hacer cambios, aunque sea en una parcela pequeña de su vida (proponerse hábitos, analizar patrones de consumo, cuidar más su cuerpo, etc.) esto lleva a un camino de descubrimiento y profundización muy interesante. Con frecuencia, cuando una persona empieza una terapia, al cabo de unos meses descubre que los problemas que le preocupaban al principio no son los que más le inquietan ahora. Y eso está muy bien… Significa que se está avanzando en el camino, que se está aprendiendo. Así que te animo a explorar esos problemas «superfluos» porque pueden ser el inicio de verdaderas aventuras! Un abrazo y gracias por comentar.

  5. Muy bonito, Amparo
    La verdad que he leído algunas de tus publicaciones pero esta en concreto me ha encantado, pq parece q siempre es más fácil sentarnos a esperar a q todo pase y hacernos las victimas cuando, realmente deberíamos afrontarlo todo mirando las cosas desde otra perspectiva y saber interpretar todas las señales pq al fin y al cabo todo pasa por algo, o eso dicen ☺

    • Amparo Millán Responde

      Casandra, muchas gracias por pasarte por aquí y comentar!
      Efectivamente, podemos ver los problemas como oportunidades (dolorosas, nadie dice lo contrario) para emprender nuestro viaje del héroe, es decir para superarnos y mejorar en nuestra vida. Si todo pasa por algo, como dicen, entonces no es casualidad que te hayas detenido y comentado en esta entrada. Quizás este mensaje es muy importante para ti ahora, ya iba dentro de ti y necesitabas leerlo para reafirmarlo. Así que… ¡ánimo con tu camino del héroe! A sacar toda tu fuerza para hacer que este camino esté lleno de lecciones de vida. 😀

  6. La Pequeña Salvaje Responde

    puuuffff… Llevo cuatro malditos años con síndrome de fatiga crónica y sus consiguientes estragos físicos (y hasta mentales) que no le deseo a nadie. Siempre que veo hablar a alguien así digo -Esta/e tiene salud, sino no diría lo que está diciendo…
    Es difícil, por no decir casi imposible, verte y sentirte como un héroe cuando estás permanentemente hecha una mierda.
    Sé que los artículos de motivación se escriben desde las buenas intenciones pero… suenan tan tontos e infantiles cuando estás tan mal durante tanto tiempo…
    No me ha aportado nada leerlo pero valoro el ánimo y el cambio de perspectiva que intenta transmitir.
    Sólo espero que la autora nunca tenga ningún problema de salud grave y cronificado porque entonces a lo mejor es a ella a quien le cambia «la perspectiva guay».

    • Amparo Millán Responde

      Hola Pequeña Salvaje,
      Antes de nada decir que me ha gustado mucho leer tu comentario y que eres valiente por hablar tan claro. Verás… en tu situación, atravesando esa enfermedad tan grave, entiendo que este artículo te parezca fuera de lugar y también muchos blogs de psicología/superación. Cuando yo escribo este tipo de cosas pienso en personas que están confundidas, perdidas en su vida, que se sienten inseguras, pero NO en un caso como el tuyo (tampoco pienso en quienes están en medio de una guerra, o son esclavas sexuales, o cosas terribles por el estilo). Lo que a ti te conviene leer no son blogs como el mío sino casos de personas que hayan superado la fatiga crónica, o estudios que te permitan conocer el origen físico, ambiental y emocional de tu enfermedad.

      Si de algo puedes quedarte con el artículo es que dentro de ti hay una heroína que es CAPAZ, obviamente con mucho tiempo, esfuerzo, conocimientos, también ayuda, etc. de salir de ahí. La manera de hacerlo tendrás que descubrirla con el tiempo, pero puedes ir investigando por Internet estudios serios sobre la fatiga crónica o testimonios de personas que han salido de ahí y cómo lo hicieron (que las hay). Otro tipo de lecturas no te valdrán…
      Espero haberte ayudado, un abrazo.

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