Escribo estas líneas a principios del mes de abril, recién entrada la primavera aquí en el hemisferio Norte, lo que significa que estamos en un momento perfecto para revisar todo aquello que nos propusimos a principios de año.
(Y si en tu caso estás leyendo esto en otra fecha muy diferente, no te preocupes, lo de revisar tus objetivos, tu lista de tareas o tus valores SIEMPRE viene bien en cualquier momento).
Si definiste tu lista de propósitos, te voy a contar tres cosas que debes tener en cuenta a la hora de medir tus avances.
Y si en tu caso no has hecho en años una lista de objetivos, quédate por aquí porque te voy a explicar cómo hacerla y ponerte al día 😉
Dicho esto, ponte cómodo , agarra tu libreta, una infusión calentita y dale al play que empezamos:
¿Por qué es importante revisar tus objetivos?
Hay muchas personas que, llenas de ilusión, hacen una lista de metas a principios de año, e incluso la adornan con purpurina o la ponen en la puerta del frigorífico, pero se van olvidando de ella poco a poco… O bien, aunque la tengan presente, no tienen un método más o menos sistematizado para documentar sus avances.
En realidad, la revisión es el complemento ineludible de la planificación.
Un buen planteamiento de objetivos requiere que, pasado un tiempo, analicemos qué hemos hecho, qué no y qué ha quedado pendiente, para ser más conscientes de en qué punto estamos.
Por lo tanto, hacer una pausa cada cierto tiempo (pongamos como mínimo una vez al trimestre) para analizar nuestros progresos, o nuestra falta de progresos, es una manera de vivir con más intención y propósito.
¿Qué tres cosas te recomiendo que tengas en cuenta a la hora de revisar tu lista de tareas?
Vamos a verlas, una a una.
3 puntos a tener en cuenta a la hora de revisar tus propósitos.
1. Has de tener localizada tu lista de objetivos y ésta ha de ser única.
Lo primero es obvio: cuando te plantees propósitos de año nuevo, guarda esta lista en un lugar, físico o digital, al que te acuerdes de volver de vez en cuando.
No la dejes en medio de una montaña de papeles de manera que luego no la puedas encontrar o en un lugar de tu ordenador muy escondido al que luego no sepas cómo volver…
Por otro lado, es importante hacer la distinción de que una cosa es el proceso que sigues para saber lo que quieres (y que puede constar de varios ejercicios, y por tanto de varias hojas) y otra cosa es el documento final en el que expresas los resultados (digamos los objetivos más importantes definidos con total claridad)
Yo, por ejemplo, a la hora de planificar el año hago primero un balance del año anterior, después hago una especie de «brainstorming» y escribo todos los objetivos que me pasan por la cabeza, también hago una tirada de tarot terapéutico específica para el año nuevo , y este año también he hecho un ejercicio de identificar mis necesidades básicas y mi día ideal. Y podría seguir añadiendo muchas más técnicas de coaching para sacar a la luz cuáles son nuestros verdaderos…
Ahora bien, al final, con la información de todos esos materiales elaboro mi lista final de objetivos que es la que luego revisaré cada trimestre, y que es en la que me baso para plantear objetivos mensuales.
Es decir, todo el trabajo anterior (todo este proceso para definir los objetivos) no es necesario revisarlo ni volverlo a leer, a no ser que tengas interés en revaluar tus prioridades.
Por lo tanto, y como te comentaba al inicio, todo proceso de definición de propósitos tiene que culminar en un documento sintético con un listado de los mismos, o bien en la definición de una palabra clave este año.
Si esto es así, hacer una revisión te será tremendamente fácil, porque el proceso será simple y rápido.
Por otra parte, si me estás leyendo y te estás dando cuenta de que, en tu caso, a principios de año no te paraste a ver en qué metas enfocarte, no te preocupes: aquí debajo te dejo en enlace a tres artículos de mi blog y de mi podcast donde te explico la manera de hacerlo y algunas consideraciones a tener en cuenta para comprometerte con esos objetivos.
- Leer: 4 ideas para planificar el nuevo año
- Leer: Cómo definir tu brújula personal para los próximos meses
- Leer: Cómo cumplir con las metas que te has propuesto este año
Dicho esto, vamos con la recomendación número 2 para hacer una revisión de tus propósitos.
2. Mantén a raya la vergüenza
Examinar cómo ha sido tu camino los primeros meses del año de ningún modo puede ser una excusa para atacarte, hacerte daño o sentirte fracasado.
Es lógico que si te avergüenzas de tus escasos avances vas a hacer todo lo posible para no enfrentarte a este proceso y vas a preferir olvidar que hace unos meses escribiste una lista de propósitos…
Ya he hablado en varias ocasiones aquí de que los pensamientos y sentimientos negativos como la rabia, una ligera decepción, el dolor o la culpa, pueden ser poderosas herramientas para el cambio.
Pero cuando esta decepción con nosotros mismos se vuelve inabarcable, o cuando la vergüenza nos hace sentir inútiles, incapaces o perezosos en grado sumo, los sentimientos dejan de ser indicadores y sencillamente nos paralizan.
Muchísima gente no hace una revisión de sus objetivos y sus procesos personales porque no pueden soportar el maltrato de su propia mente si no han avanzado como les gustaría haberlo hecho. Ante esta situación, es lógico que optemos por la ignorancia y por olvidar lo que nos propusimos.
Yo no quiero que en tu caso sea así y te invito a mantener a raya esa vergüenza abordando este proceso de revisión con neutralidad, con objetividad, o quizás con la ayuda de una persona querida que te haga ver que no se acaba el mundo, ni mucho menos, por no conseguir lo que te habías planteado.
Es más, es que poniéndonos en el peor de los casos, que será no sólo que no has avanzado absolutamente nada en tus metas sino que has retrocedido (por ejemplo, no sólo no has perdido peso sino que has engordado) esto te da una GRAN información.
El avance cero es un dato de enorme valor. Puede indicar, por ejemplo, que no hemos reorganizado nuestra rutina para incluir estas prioridades.
Pero también puede indicar que esos objetivos que nos propusimos en realidad no son tan valiosos, que hay otros objetivos que estarían más alineados con los verdaderos deseos de nuestro ser. En este caso, documentar que no has avanzado nada es una información de altísimo valor que te obliga a replantearte por completo tus objetivos.
Y dicho esto, una vez que tienes claro que la vergüenza no te va a impedir hacer esta revisión, vamos con la recomendación 3.
3. Deja constancia por escrito tus avances en el mismo documento donde están bus objetivos.
Esta revisión no has de solamente en tu mente y tampoco tiene que ser larga y enrevesada.
Yo lo que te recomiendo es que en ese mismo documento sintético donde anotaste tus 5 principales objetivos para este año, o tus valores principales, o tu palabra clave, escribas brevemente:
- Cuáles han sido tus avances en estos primeros trimestres del año
- Cuáles serán los siguientes pasos.
Tal vez prefieras desarrollar más, en una hoja aparte, cómo ha sido tu proceso y luego escribir las conclusiones más relevantes en esta misma hoja.
Lo importante es que este documento de revisión sea tan breve y conciso que no te abrume, y que estos avances queden registrados para que, dentro de otros tres o cuatro meses, cuando te tomes un momento para evaluar tu trayectoria, sepas si has seguido el mismo ritmo que en el período de tiempo anterior.
En resumen:
Si no te planteaste metas o prioridades hace unos meses no te preocupes ¡ahora es el momento! Echa un vistazo a los artículos que te enlazo para ayudarte en el proceso.
Y si lo hiciste, no te olvides que la revisión es la hermana inseparable de la planificación.
Yo te aconsejo hacer este proceso por escrito, de manera estructurada y dejando totalmente la vergüenza a un lado para que sea útil para tus avances. Y además, como te he indicado, es muy importante tener localizado ese documento sintético donde irás añadiendo conforme avance el año tus avances.
¿Preguntas, comentarios, quieres compartir tu experiencia? Te espero con mucho amor en los comentarios. 🙂
Y ahora, ¡a revisar!
4 Comentarios
Buenos días,
Antes de nada, gracias Amparo por tus artículos, los cuales siempre proporcionan una lectura mañanera muy agradable. Quizá ,el error de no progresar en los objetivos o propósitos que nos marcamos, es el pensar que eso que nos hemos propuesto es importante para nosotros, cuando realmente no lo es. Quizá es algo que pensamos que sería bueno hacerlo o conseguirlo, pero que si no ocurre, no pasa nada, nuestra vida sigue igual de cómoda sin ello.
Para que pongamos toda nuestra cabeza y actuemos hacia un propósito (u objetivo, da igual el término) tiene que ser algo que SÍ o SÍ tenemos que conseguirlo. Por ejemplo: todas las personas en algún momento nos hemos cambiado de casa, bien porque nos hemos independizado de nuestros padres, bien porque, por determinadas circunstancias, unas más favorables o menos, lo hemos hecho. Cuando nos pusimos ese objetivo, ¿alguien no lo alcanzó? Probablemente todos lo hicimos de alguna u otra forma. Era una meta/objetivo/propósito imprescindible para nosotros, tal que dimos todos los pasos necesarios para lograrlo. Creo que ahí está la clave.
Propósitos que no llegamos a cumplir es porque en el fondo nos da igual conseguirlos o no. Y, creo, que ya tenemos suficientes obligaciones impuestas en la vida, como para imponernos nosotros más que no nos lleven a ningún sitio, solo, como tú dices, encima a llegar a sentirnos mal porque no los hemos conseguido.
Simplifiquemos nuestra vida con aquello que realmente queramos. Y si no tenemos ningún «propósito», vivamos el día a día, que bastante propósito ya es el levantarnos cada día, ir a trabajar o buscar un trabajo, cuidar de la familia, de nuestras mascotas y de nosotros mismos. Nadie es mejor ni peor por no hacer 30 minutos de ejercicio al día, o leer un libro al mes, o adelgazar aquellos kilos que otros dicen que nos sobran.
Haz solo lo que te haga sentir bien (incluso en aquellas cosas impuestas socialmente de las que no nos es posible librarnos).
Feliz sábado a todos.
Querida Mabel,
Me parece VALIOSÍSIMA tu reflexión. Efectivamente, hay veces que nos sobrecargamos con objetivos que en el fondo ni son importantes ni harían una diferencia significativa en nuestra vida… A mí me gusta decir que los propósitos hay que definirlos con MENTE y CORAZÓN. Y sí, como bien dices, bastante ya es con intentar disfrutar de la vida y cuidar de los que nos rodean… 🙂
De todas formas, sí que hay veces que un objetivo es importante y lo vamos postergando porque es difícil, porque tenemos poco tiempo, porque tenemos miedo de fallar… Yo meto aquí todos los proyectos creativos. El mundo está lleno de escritores que no se atrevieron a escribir su libro o que no priorizaron esta tarea en la vorágine de su día a día; de inventores con ideas estupendas que centraron sus esfuerzos en otras cosas; de activistas que quieren luchar por un mundo más justo pero tienen miedo a alzar la voz, o de viajeros/aventureros que sólo se permiten viajar en vacaciones porque no se plantean dejar su trabajo de funcionario…
Hay que ver, en cada caso, en qué punto estamos de la balanza, y ni pasarse de exigentes ni quedarse con «esto no lo hago porque no es importante en mi vida».
Un abrazo grande y muchas gracias por compartir!
Hola Amparo. En el inicio de enero hiz un planiamento de algunas cosas que queria cambiar y de otras que ya estaba hazendo pero me gustaria de mejorar. Ese articulo viene en muy buena hora porque me estava olvidando de revisar ese plan y es muy importante hacerlo! Gracias
Hola Laura! Cuánto me alegro que este artículo te haya recordado la importancia de revisar ese plan!
Sí, yo también a veces he caído en el error de hacer mi lista de deseos y mi plan estructurado y luego dejarlo por ahí olvidado…
Ánimo con esa revisión, un abrazo.