¿Te cuesta pedir ayuda? ¿Tienes dificultad para saber qué necesitarías de otras personas y cómo transmitirlo?

Créeme, ¡no estás solo! A la mayoría de nosotros nos cuesta mantener esa conversación de pedir un favor o expresar nuestras necesidades a otras personas, porque tememos molestarlas o que nos digan que no.

Sin embargo, saber cómo y cuándo pedir ayuda es una habilidad que considero ESENCIAL para avanzar hacia nuestras metas o salir de esa situación de estrés crónico y sobrecarga que padecemos la mayoría de personas que vivimos en un país industrializado.

He grabado un podcast acerca de este tema en el que te cuento:

  1. Por qué es absolutamente necesario que sepas cómo pedir ayuda, ya que hay un límite en las cosas que puedes conseguir por ti mismo/a.
  2. Tres motivos por los que pedir ayuda nos resulta incómodo (y cómo no dejar que nos bloqueen).
  3. Los 4 pasos para saber qué tipo de ayuda o favor necesitarías y cómo establecer esa conversación con otra persona.

 

Estoy convencida de que algunas de las afirmaciones te van a sorprender. Sobre todo, espero que el paso a paso del final te dé ideas para pedir ayuda a otros sin sentir que estás sobrepasando sus límites o sin bloquearte porque no sabes cómo hacerlo.

Menudo tema importante tenemos entre manos ¿verdad? Venga va, prepárate un café, o ponte las deportivas para ir a dar un paseo mientras me escuchas, y luego dale al play que empezamos:

 

Notas del podcast

A continuación te dejo un esquema con las ideas más importantes. Pero si este tema de pedir ayuda es una asignatura pendiente para ti, te invito a escuchar el episodio entero.

 

Por qué es imprescindible que sepas cómo y cuándo requerir ayuda

Queramos reconocerlo o no, no podemos avanzar solos en la vida. Los seres humanos somos interdependientes y estamos diseñados para establecer relaciones de intercambio unos con otros.

Por otro lado, esta situación de «no tengo tiempo de nada» o estar absolutamente abrumado por el trabajo y otras obligaciones, si la mantenemos en el tiempo nos pasa factura.

Lo que la mayoría de nosotros solemos hacer cuando estamos muy ocupados, y queremos liberar tiempo para hacer algo que nos gusta, es seguir alguna de estas dos vías.

  1. Centrarnos en mejorar nuestra productividad personal (lo cual es bastante útil, yo por ejemplo escribí hace tiempo este artículo con mis diez mejores tips para ser más productiva)
  2. Establecer prioridades y decir que no a cosas que nos apetecen pero que no son absolutamente esenciales ahora. 

Pero ¿sabes qué? Que con estas dos acciones no es suficiente. Y es algo que a mí me ha llevado años descubrir, y muchos libros leídos sobre productividad y gestión el tiempo.

Para llevar una vida más desahogada hace falta una tercera acción que es precisamente PEDIR AYUDA. El tema de este episodio.

 

Tres motivos por los que nos cuesta pedir ayuda

Pedir ayuda nos cuesta porque es incómodo. Esa es la verdad.

Por un lado, porque nos coloca en una situación de vulnerabilidad y sentimos que perdemos poder. Hay a quien le gustaría ser omnipotente y no sentirse necesitado.

Por otro lado, porque nos aterra generar un sentimiento de «deuda» en los demás, por si se aprovechan de nosotros. Tenemos reflexiones del tipo: ¿Y si yo pido este favor y luego la persona que me lo hace me pide otra cosa que yo no quiero hacer, y me veo incapaz de negarme porque en su día me ayudó?

Es por este motivo que el intercambio de conocimientos o tareas por dinero nos resulta fácil de asumir, porque las expectativas de cada parte están claras desde el principio (yo te pago una cantidad convenida y tú haces una lista de cosas que también hemos pactado, ni más ni menos).

Tampoco este es un motivo válido para dejar de pedir ayuda porque, como explico a continuación, podemos dejar claro el intercambio desde el principio, o bien uno puede negarse a hacer algo que no quiere hacer incluso si la otra persona me ayudó en su día.

Y en tercer lugar, muchas veces nos cuesta pedir ayuda por pura falta de costumbre, sobre todo si somos personas muy autosuficientes. Pero como en todo, es cuestión de práctica, y cuanto más se repite algo, menos incómodo resulta.

También a muchos de nosotros nos resultó incómodo ir sin mascarilla al principio, cuando terminó la obligación de llevarla (yo muchas veces sentía que me faltaba algo, y que estaba demasiado expuesta) pero con el tiempo simplemente nos hemos acostumbrado. Que esta falta de costumbre no te mantenga atascado en ese no pedir ayuda.

 

Cómo pedir ayuda: el paso a paso

 

Paso 1. Identificar claramente en qué aspecto necesitarías ayuda de otras personas y qué beneficios tendría para ti.

Este es un mero ejercicio mental y no tiene ningún riesgo. Te invito a darte espacio para este ejercicio, y considerar todas aquellas parcelas de tu vida en que te vendría muy bien que alguien te echase una mano y haciendo qué. Simplemente eso: detecta en qué parcelas de tu vida personal o de tu trabajo podrías beneficiarte del apoyo de otra persona y lo que ganarías con ello.

 

Paso 2. Definir cuál sería el intercambio: o sea, ¿pides ayuda a cambio de qué?

En primer lugar, has de pensar si vas a pedir esa ayuda como un favor a otra persona, o vas a pagar por ello. Si es este segundo caso, ¿de dónde vas a sacar los recursos? ¿los tienes, los puedes conseguir? Y si tu intención es pedir ayuda a un amigo o familiar como un favor, ¿tú que puedes dar a cambio, de manera que te parezca un intercambio mas equitativo? (tampoco siempre hemos de corresponder a la ayuda prestada, pero en muchas ocasiones será así).

Por ejemplo, puedes hacer un acuerdo con tu pareja de que un fin de semana se quede con los niños porque quieres hacer un viaje, con la condición de que otro fin de semana le dejarás a él ese tiempo libre.

 

Paso 3. Prepara esa conversación en que vas a pedir ayuda.

Esto implica busca un momento favorable para esa conversación, en que la otra persona esté receptiva, o recolectar información adicional si es preciso (por ejemplo, si quieres que una persona te ayude con la limpieza de la casa, este sería el momento en que buscarías candidatos posibles pidiendo recomendaciones a tus conocidos o a través de Internet).

Si te cuesta mucho pedir ayuda, incluso puedes recrear esta conversación en tu mente antes de tenerla para ir con más seguridad.

 

Paso 4. Finalmente, da el paso y pasa a la acción.

En este último paso ya sales de tu mente y pasas a la acción en el mundo real: tienes esa conversación con una persona en la que vas a solicitar tu apoyo, o vas a llamar o escribir a ese profesional para pedirle información sobre sus servicios.

Algo muy importante que has de tener claro antes de empezar esta conversación es que puedes recibir un no por respuesta. Pedir ayuda no significa tener un «sí»garantizado y esto hemos de saberlo y aceptarlo sin enfadarnos. Porque de hecho, también nosotros en determinados momentos podemos negarnos a hacer algo  que nos piden y no querremos, por ello, que se acabe la relación.

 

En resumen, los cuatro pasos que te propongo para pedir ayuda son:

1) Identificar exactamente en qué te hace falta ayuda y lo que eso te permitiría hacer
2) Definir cuál será el intercambio: qué vas a dar a cambio de esa ayuda (a veces, también puede ser nada)
3) Preparar el momento buscando un momento propicio o recolectando información
4) Dar el paso y expresar tu necesidad, esperando cualquier tipo de respuesta de la otra parte (un sí o un no).

 

Espero que estos cuatro pasos los pongas en práctica pero, sobre todo, que te quedes con la idea de que en soledad te va a ser muy difícil conseguir tus grandes metas o liberar tiempo para hacer las cosas que te gustan.

Pedir ayuda es la solución, ¡hazlo posible!

 

Escuchar el audio en ivoox

Escuchar el audio en Spotify

 

Amparo María Millán Ocaña te informa que los datos de carácter personal que me proporciones rellenando el presente formulario serán tratados por mí como responsable de esta web. Finalidad de la recogida y tratamiento de los datos personales: gestionar el alta a esta suscripción y remitir boletines periódicos con información y oferta prospectiva de productos o servicios propios y de terceros afiliados.  Legitimación: Consentimiento del interesado. Destinatarios:  Mailchimp. Ver política de privacidad de Mailchimp.  Derechos: Podrás ejercer tus derechos de acceso, rectificación, limitación y suprimir los datos en info@puedoayudarte.es. Puedes encontar más información sobre Protección de Datos en mi página web, así como consultar mi política de privacidad.

¿Te gustó este artículo?

Recibe los siguientes en tu correo

Escribe un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.