«Últimamente estoy triste, un poco plof, he perdido la ilusión por las cosas»
¡La de veces que he escuchado frases similares esta en la últimas semanas!
Por un lado, estar triste o decaído de cuando en cuando es algo perfectamente normal (de hecho, cualquier tipo de sentimiento, por raro o espeluznante que pueda parecer, es «normal» en el sentido de que lo experimenta todo el mundo); pero es que además estamos viviendo circunstancias colectivas tan excepcionales y, por momentos, tan deprimentes, que ¡cómo no nos van a afectar al estado de ánimo!
Eso sí, una cosa es sentir esa tristeza y luego seguir a flote y no perder la ilusión por la vida, y otra cosa es que ese estado de ánimo negativo vaya creciendo, creciendo, creciendo… y, sin darnos cuenta, nos veamos en el fondo de un pozo negro y con dificultades para salir.
En este audio te cuento mis tres recomendaciones para esos momentos de tristeza y bajón, sin caer en el pozo.
Son cosas sencillas que puede hacer todo el mundo y que suponen una manera saludable de vivir con este sentimiento.
Si en tu caso no te sientes particularmente triste en estos momentos (¡enhorabuena! disfruta al máximo la buena racha), aun así te aconsejo que lo escuches porque los pájaros de la melancolía o la inquietud sobrevolarán tu cabeza en algún otro momento.
Así que ponte cómodo, coge tus auriculares (no hay nada mejor que escuchar un podcast con esa intimidad de que te hablen al oído) que empezamos:
Notas del audio
En resumen, estas son las 3 cosas a considerar en aquellos momentos en que te sientes triste y desmotivado.
1. No siempre es adecuado estar exultante de felicidad.
A nivel global estamos viviendo un período de muchísima incertidumbre, caos, enfermedad, medios de comunización aterrorizándonos las veinticuatro horas del día y enormes restricciones (algunas que nos afectan en algo tan íntimo como poder ver o no a nuestros seres queridos).
¡Es totalmente lógico, e incluso diría que razonable, que estemos afectados por todo lo que está sucediendo! Sea estando tristes, o enfadados, o asustados por el presente y por el futuro.
El gran sabio Jiddu Krishnamurti decía que:
No es un sano estar adaptado a una sociedad profundamente enferma.
De la misma manera, tampoco sería un síntoma de salud estar exultante de felicidad y lleno de optimismo cuando el mundo se está desmoronando y millones de personas están perdiendo su empleo, su sustento o la salud, ¿no crees?
A un nivel más personal, cada episodio de tristeza también tiene su razón de ser. Está en tu vida por algo.
Por ello, te aconsejo que no veas la tristeza o la desmotivación como una sombra negativa de la que tienes que zafarte cuanto antes. Míralas como reacciones normales a eventos interiores y exteriores que tienen que ver con la pérdida o con ciertas carencias, y que te llevarán a tomar decisiones adecuadas.
2. La tristeza pide retiro y contacto con el mundo emocional.
Cuando estamos tristes nuestro cuerpo y nuestra mente piden sosiego y reflexión. Es como que nos apetece replegarnos en nuestro capullo, en un entorno íntimo y acogedor, para procesar las cosas que nos están sucediendo.
Puede resultar contraproducente intentar alegrarse cuando se está triste. ¿Por que no, mejor, actuamos en consonancia con nuestro estado de ánimo?
En un día gris puede ser muy agradable tumbarse en el sofá con una buena infusión y una canción de jazz de fondo, dar un paseo sin prisas, encender unas velas y respirar profundamente, ver caer la lluvia desde la ventana o pedir mimos a los demás.
Respecto a esto último: sí, no pasa nada por mostrarse vulnerable y pedir a los demás un poco de cuidado.
En un entorno de este tipo, cálido y acogedor, podemos aprovechar este acercamiento al mundo emocional que nos proporciona la tristeza para hacernos buenas preguntas.
Por ejemplo, podemos preguntarnos «¿qué necesito?» y buscar con calma la respuesta.
O cuestionarnos si tenemos algo que cambiar o de qué nos está avisando esta tristeza.
Como expuse anteriormente, todos los sentimientos tienen su razón de ser, y puede que ese estado de ánimo decaído sea en realidad un mensajero que nos pide hacer cambios importantes.
Una última pregunta que te puede dar una perspectiva muy interesante de tu tristeza es la siguiente: ¿Para qué?
Sí, es un pregunta que puede parecer rara, pero dale una oportunidad.
¿Para qué estás triste? ¿Qué te puede aportar ese estado de ánimo? ¿Qué te invitaría a hacer?
3. Evita pasar de estar triste a caer en un estado de ánimo autodestructivo haciendo tareas sencillas y útiles
Estar triste de vez en cuando, incluso durante una temporada, no tiene por qué ser malo, pero hemos de tener cuidado de que este sentimiento no se transforme en desesperación o nos arrastre a la inactividad total.
Es decir, eso de no hacer lo que tenemos que hacer porque elegimos quedarnos en la cama todo el día llorando, o escuchando en bucle una canción deprimente tras otra, puede llegar a ser autodestructivo.
Si tiendes a que la negrura te atrape en su remolino, paralizándote, te sugiero entonces que «cortes» de raíz este sentimiento de la siguiente manera: haciendo algo extremadamente fácil pero útil.
Por ejemplo, lava los platos, ordena tus libros de la estantería, haz tu cama, o dobla toda la ropa que acaba de salir de la lavadora, o sal de casa a comprar fruta. No sólo hacer este tipo de tareas va a sosegar y suavizar tu estado de ánimo sino que, además, ¡habrás hecho algo por ti mientras te desahogas! Porque bueno, un día triste no es agradable pero si al menos cuando acaba tienes toda la ropa dobladita, mejor. 😉
En resumen, evita hacer de la tristeza un drama y, sobre todo, vuelve al cuerpo y a la actividad cotidiana cuando sientas que las negras fauces de la desesperación te atrapan y quieren llevarte al fondo de un lago del que te costará salir…
Conclusión
Cuando la tristeza se vive bien, sintiéndola, dándole espacio, pero sin dejarnos arrastrar por ella, nos deja con una reflexión valiosa y además se supera. Después de los días tristes vividos con conciencia llegan días muy luminosos, doy fe de ello.
Dice una conocida frase atribuida a Martin Lutero que:
No podemos evitar que los pájaros de la tristeza sobrevuelen nuestras cabezas pero sí que aniden en ella.
Creo que no hay manera mejor de resumir el mensaje de este artículo. No temas a estas aves que pasarán sobre ti de vez en cuando. Escucha su canto, atiende su mensaje y luego déjalas volar para que a tu cabeza lleguen los rayos de sol.
Que acaban llegando, te lo aseguro 🙂
Espero que este artículo te ayude a lidiar con la tristeza y te haga ver este sentimiento de otra manera, sobre todo sin miedo o considerándolo algo normal.
¡Hasta pronto!
17 Comentarios
Precioso. Y me encanta que lo expliques de una manera tan práctica. Sobre todo el tercer punto, me parece algo estupendo por lo simple que es y aún así, no es tan obvio. Muchas gracias por el artículo.
Miyuki, querida, me alegro mucho de haberte aportado esta idea. 😀 A veces lo simple es lo más efectivo… Y como digo en el artículo, puede que la tristeza no se vaya ni aun acabando toda la colada, pero ¡oye! ¡qué bien acostarse con toda la ropa lavada y ordenada! 😉 Un beso!
Querida Amparo; una vez mas llega tu artículo a mi vida en el momento preciso. Pondré en práctica tus ideas. Estoy un tanto paralizada en mi vida y me lleva a la tristeza. Me das buenas herramientas para hacer un cambio. Gracias por el tiempo que nos dedicas. Un abrazo desde Bs.As.
Querida Andrea,
Me alegro mucho que este texto llegue a ti en el momento preciso.
Salir de la parálisis es tan sencillo (pero a veces nos parece difícil) como dar UN PEQUEÑO PASO… Sólo un pasito pequeñito, cada vez. O a veces todo lo que necesitamos es darnos permiso para sentir la tristeza con plenitud y soltar el dolor…
Un abrazo grande para Buenos Aires!
Amparo.
Tus publicaciones son excelentes, tienen la calidez de una charla con un buen amigo. Esos que te dicen la verdad, pero te dan el consejo para seguir adelante. Éxito y espero que pronto tu libro esté disponible. Saludos desde Puerto Rico.
Querida Juana, no sabes cuánto me ha agradado tu comentario, mil gracias. Creo que no hay nada más bonito que decir que estas conversaciones tienen «la calidez de una charla con un amigo» 🙂 Un abrazo fuerte para Puerto Rico y sí, este mes creo que mi libro POR FIN estará disponible. Gracias de nuevo!
Me gusta mucho este posd y lo que trasmite, yo cuando estoy muy triste siento un cansancio físico tremendo y es por eso que hasta me cuesta salir de la cama, lo peor de todo es el cansancio físico.
Hola Inmaculada,
Es normal que sientas cansancio físico en épocas de decaimiento, el agotamiento es uno de los primeros síntomas que nos avisa de que hay algo que debemos atender y nos invita a descansar.
Excelente articulo!, muchas gracias por tus consejos y palabras que vienen como anillo al dedo en estos tiempos dificiles. Me ha ayudado un montón. Gracias, gracias!
Me alegro mucho que este artículo te haya venido como anillo al dedo, Luciana. ¡Si es que estamos todos igual! Las personas estamos conectadas por hilos invisibles y esta es una época que no está exigiendo mucha reflexión y aprender de nuestros sentimientos. Un abrazo fuerte!
Hola. Buenos dias, es la primera vez que escucho su podcast. Me gusto mucho y me puso a reflexionar porque hay dia que me siento asi. Gracias y lo voy a volver a escuchar para seguir tus consejos.
Hola Jennifer, TODOS nos sentimos así, alicaídos, con cierta frecuencia, no hay nada malo en ello… Espero que te ayuden estas recomendaciones, pero para eso tienes que aplicarlas 😉 Un abrazo y gracias por escuchar.
Excelente artículo.Muchas gracias.Un abrazo.
Me alegro que te haya gustado, Beatriz, gracias por hacérmelo saber 😀
Un abrazo
Gracias Amparo por este motivador podcast. Precisamente en estos días la tristeza me visita, no es posible no estar triste con todo lo que estamos viviendo, pero estoy tratando de manejarlo lo mejor posible, los tips de tu articulo sé que me van a ayudar. Gracias
Gracias por tu comentario Berna; efectivamente sentir cierta tristeza en estos momentos no es algo «fuera de lugar» ni negativo, pero hemos de saber lidiar con ella. Ojalá te ayuden estos tips. Un abrazo!
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